Pintura corporal

Kim Kardashian se desnuda para la portada de una revista

La empresaria posa para Re-Edition otoño / invierno vestida únicamente de pintura corporal y vuelve a reclamar el control total de su propia imagen

Portada de la revista Re-Edition protagonizada por Kim Kardashian
Portada de la revista Re-Edition protagonizada por Kim KardashianRedes sociales

Kim Kardashian ha decidido volver a hacer historia en ese lugar exacto donde ella mejor opera: la frontera entre moda, performance y naked culture. La portada de Re-Edition otoño / invierno la muestra desnuda, cubierta únicamente por body paint. Es un gesto de autoescritura visual: su cuerpo como declaración editorial.

Sí, hay precedente. Demi Moore lo hizo en Vanity Fair en 1992. Y Playboy lo exploró ampliamente en los 90. Pero en 2025 este gesto -para una mujer que ya ha sido todo: protagonista, esposa, madre, meme, empresaria, abogada en proceso- funciona distinto: no es escándalo, es posicionamiento. El cuerpo como superficie conceptual. La piel como prenda. Lo firmado por Athena Paginton (artista) lo confirma.

Dentro de la revista, Kardashian aparece de nuevo con traje "pintado". Pero también ofrece un segundo personaje: el look Gucci (chaqueta verde, blusa blanca, pantalón azul, cinturón marrón) coronado por peluca rubia corta. Un styling que borra (a propósito) su imagen de "Kim arquetipo clásico" y la transforma en figura editorial que se permite resetear su iconografía de nuevo.

Las redes, como es habitual, respondieron en éxtasis: "sexy", "jefa", "dueña de todo". El repertorio léxico más primario se activa siempre que Kim entrega control absoluto de su figura y lo vuelve obra. Pero lo interesante no está en los comentarios, ni en el volumen del engagement. Está en el contexto.

Kim está entrando en su etapa post-Kanye-West en modo casi institucional. Ya no hay voluntad de "proteger" al otro. Hay decisión de protegerse a sí misma. Su divorcio del artista -padre de North (12), Saint (9), Chicago (7) y Psalm (6)- no fue solo el final de un matrimonio: fue el final de una era narrativa, la era en la que ella se sentía responsable de amortiguar el mundo para él. Ya dijo que le parece "triste" dónde han terminado.

Pero precisamente por eso esta portada funciona. Porque ya no es la mujer que se justificaba. Es la mujer que se presenta. Y lo hace en un registro absolutamente pop, pero absolutamente serio: mírame, me escribo yo.

La imagen de Kim -esnuda pero blindada por su propio discurso estético- tiene lectura política de género en 2025: reclamar la imagen es reclamar el poder.

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