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Aitana confirma lo que parecía imposible: "Estoy enamorada"
A la cantante no le importa verbalizar lo que siente por Plex

Aitana ya no está jugando a enamorarse: lo verbaliza. Esta semana, en el podcast Se regalan dudas, la artista más transversal del pop español lo dijo con todas las sílabas: "Estoy enamorada, sí. Y esto no me lo habíais escuchado decir nunca". Punto, salto al vacío y arriba el telón.
Desde julio se sabía que lo suyo con Daniel Alonso -Plex- estaba en presente perfecto, pero ella lo ejecuta ahora con un giro semántico enorme: no es solo una relación que existe, es una relación que entiende.
Aitana (26) venía de una curva sentimental que el país ha seguido en tiempo real: Vicente (la era OT, 2017), Cepeda -una ruptura retransmitida en directo por fandom-, después Miguel Bernardeau (el último noviazgo larguísimo, el que parecía definitivo) y por último Sebastián Yatra, un vínculo lleno de puntos suspensivos y sísmicas microcrisis que acabó en 2023.

Pero la frase central no es "estoy con Plex". La frase central es: "Yo no estaba enamorada bien".
En el podcast lo disecciona con una lucidez exacta: lo que ella creía que era amor era dopamina, sorpresa, vértigo, identificación rápida. Amores buenos, sí, pero amores jóvenes: "no entender", dice ella.
Después vino el año sola. Un año de "cada mes me agenciaban un novio", dice, con ironía exacta. Un año de "no estar con nadie" mientras medio internet inventaba películas. Ese año de silencio, dice, fue el que reorganizó el mapa interno.
Y después: Plex.
Y aquí ocurre un matiz extraordinario. Ella no describe a Plex como un refugio, un atajo o un salvavidas. Lo describe como "equipo". Y eso, en Aitana, es palabra clave. Lo que define la diferencia entre amar para no estar sola y amar para sumar.

"Tú me eliges, y yo te elijo, porque nos hacemos bien", dice. Es de las frases más sanas y más interesantes que ha pronunciado nunca.
La Aitana de 2025 ya no narra el amor como adolescencia emocional y extorsión de expectativas. Narra el amor como proceso. Como madurez. Como pacto de dos.
Y hay algo más: esta es la primera vez que la catalana se permite "gozar" públicamente de su vida privada sin poner tres candados semánticos antes. Por primera vez no se esconde detrás del single, ni del tour, ni de Cuarto azul. Por primera vez no está calibrando qué decir para no incendiar fandom, ni generar titular. Habla como mujer adulta, no como objeto de proyección pop.
Ese es el verdadero cambio. La noticia no es que Aitana está enamorada. La noticia es que Aitana sabe nombrar el amor desde un lugar que no era disponible para ella hasta ahora.
Y eso, para una estrella es revolución íntima. Y pública. Porque cuando la celebridad deja de actuar como personaje y habla como persona, el amor deja de ser plot twist para convertirse en territorio real.
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