Entrevista
Malú: "Paré tres años y me di cuenta de que me tomaba todo desde un punto de vista enfermizo"
“Todo pasa por algo, probablemente sí, o necesitamos que pasen cosas, para inmolarnos o para hacer un cambio en tu vida”
Malú no oculta su felicidad. «La verdad es que están siendo unos meses maravillosos y estoy disfrutando como nunca en mi vida, por primera vez, sin esa presión sin esa exigencia tan asquerosa que no me permitía disfrutar de las cosas que hacía». Malú (Madrid, 1982) celebra sus 25 años en la música con una gira bautizada como «A todo sí». Un optimismo que es más que un título. Solo hay repasar la veces que la cantante y compositora, cuya hija Lucía ya ha cumplido cuatro años, insiste en la palabra «disfrutar». Lo hace ella y la legión que la sigue hace lustros y que el próximo 18 de diciembre llenará el Wizink Center de Madrid.
Han sido más de tres años alejada de los escenarios. Un parón obligado por una inesperada lesión, ¿para qué le ha servido ese tiempo, qué ha descubierto de sí misma y cómo es la Malú que ha regresado?
Esa lesión lo que me hizo fue obligarme a parar, que no lo había hecho nunca. Entonces, me di cuenta de que me tomaba todo desde un punto de vista enfermizo, tuve la oportunidad de reencontrarme con ese yo, con esa niña que abandoné y volver a recuperarla y eso en cierto modo nos unió a las dos, y al volver al escenario la sensación de disfrute es mayor. Perdí muchos miedos o muchas cosas que tienes cuando estás encerrada en algo y nunca sales a tomar aire.
Los primeros meses los ha dedicado a teatros y salas más íntimas. ¿Necesitaba esa sensación de hogar?
Me apetecía hacer algo diferente en esta gira, tener ese contacto más cerquita. Estoy disfrutando mucho de esa calidez, de ese cantar mirando a los ojos.
Tituló «Aprendiz» al himno que la encumbró en la música con solo 16 años ¿Cuál es la lección más importante que le ha enseñado esta profesión?
Que realmente se puede hacer todo y debemos disfrutar de lo que hacemos. Todo sale mucho mejor, eres más feliz cuando tu nivel de exigencia no es tan enfermizo.
Sus letras se sienten más personales. ¿Son más biográficas o nunca han dejado de serlo?
Siempre han sido muy autobiográficas, he contado mis historias, las cosas que me duelen. Es mi forma de comunicarme con mi gente, incluso cuando no han sido mías he buscado que ese mensaje tuviera que ver conmigo. Ahora igual es porque nos empezamos a fijar en las letras…
Es cantante y empresaria. Muchas almas dependen de su trabajo. ¿Cómo se gestiona esa presión añadida y en qué momento la ha sentido más fuerte?
Esa presión de tener a tanta gente detrás, de tener que estar siempre bien, de no poder parar, me impedía disfrutar. En esa parada me doy cuenta y aprendo a relativizar. Ahora tengo presión y soy exigente pero desde una perspectiva más sana.
El anfiteatro al aire libre de Starlite Marbella la ha disfrutado este lunes. ¿Qué tiene esa cantera marbellí?
Tocar en Starlite Occident es mágico, convierte la música en algo muy especial y son una familia que te tratan como uno más.
Montserrat Caballé, al recordarle su vida de éxitos, me sorprendió una tarde confesando la soledad de los hoteles y cómo sufrió la lejanía de sus hijos. ¿Se reconoce en su lamento?
Perfectamente. La gran Montserrat Caballé cuenta la realidad de todo esto. Lo rodeada que estás cuando estás en acción y como te quedas con sensación de sordera cuando llegas a la habitación del hotel. Cuando era pequeña lo notaba mucho, me costaba y con los años he aprendido a que eso sean mis momentos de paz e intimidad. Con los hijos, afortunadamente, estoy teniendo la suerte de poder adaptar todo para estar con mi hija al cien por cien y al trabajo también. De momento, no me tengo que alejar demasiado de mi hija, que hay de las peores cosas que hay.
Tiene su anatomía trufada de tatuajes que le recuerdan afectos. ¿Alguna inscripción de última hora?
Con los tatuajes ya paré y ya lo dejé estar. Para los tatuajes, hay épocas, momentos y edades. Está claro que no reniego de ellos, pero ya no estoy por tatuarme.
Cuando no podía actuar se nutría de música como coach de «La Voz» (Antena 3). ¿Le ha costado sentirse maestra?
No me siento maestra, trato de regalarles mi experiencia. La mayoría de ellos tienen las mismas tablas que yo y cantando algunos nos dan mil vueltas. El hecho de poder compartir nuestra experiencia es lo que me nutre y aprender de sus ganas.
¿Todo lo que pasa conviene, Malú?
Todas las decisiones, buenas o malas, acertadas o erróneas, te convierten en la persona que eres. ¿Conviene? Pues no lo sé. Que todo pasa por algo, probablemente sí, o necesitamos que pasen cosas, para inmolarnos o para hacer un cambio en tu vida.
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