Reflexión
María del Monte, tajante sobre la relación de Isabel Pantoja con sus hijos: "Que el amor mueva al mundo"
La artista sevillana reaparece tras un año devastador, marcado por el proceso judicial contra su sobrino, y reflexiona sobre la reconciliación en la familia Pantoja
En el Teatro de la Maestranza, bajo esa luz sevillana que convierte cualquier estreno en un acontecimiento, Sonsoles Ónega vivió una noche especialmente significativa: la presentación oficial de Las hijas de la criada, la novela que le ha valido el Premio Planeta y un lugar aún más destacado en el mapa literario español. A su lado, como un gesto que combina amistad, respeto y una sororidad palpable, aparecieron María del Monte e Inmaculada Casal, una de las parejas más admiradas del panorama mediático andaluz.
La presencia de ambas no pasó desapercibida. No solo por su complicidad -siempre elegante, siempre sólida- sino por el contexto personal que envuelve especialmente a María del Monte. Este último año ha sido un auténtico vía crucis emocional para la artista, marcado por el proceso judicial contra su sobrino Antonio Tejado, acusado de delitos que han conmocionado a la opinión pública. Con su habitual serenidad, la cantante andaluza evitó dramatismos ante las cámaras, pero dejó una frase que es casi una declaración de resistencia: "El proceso va poco a poco, que las prisas no son buenas". Una reflexión que podría parecer sencilla, pero que en boca de María revela todo un universo de prudencia, fortaleza y cicatrices aún abiertas.
Confianza y discreción
Arropando a Sonsoles, sin embargo, se permitió una noche luminosa. Vestida con la sobriedad sofisticada que la caracteriza, posó sonriente, sostenida por la mirada cómplice de Inmaculada Casal. Juntas representan un amor maduro, sereno, construido a base de confianza y discreción. Allí, entre aplausos y libros, demostraron que también se puede acompañar desde el silencio, que a veces lo más importante no es hablar, sino estar.
La velada dejó además uno de los momentos más comentados: su reacción, breve pero significativa, cuando se le preguntó por la posibilidad de una reconciliación entre Isabel Pantoja y sus hijos. María del Monte, que formó parte esencial del círculo íntimo de la tonadillera durante años y cuya relación terminó envuelta en un enigma que nunca ha querido despejar, respondió con una elegancia que solo dan la experiencia y la distancia emocional: "Hay cosas de las que nunca voy a decir nada, pero que el amor mueva al mundo".
Mientras Sonsoles celebraba su éxito literario entre colegas, lectores y amigos, la presencia de María del Monte fue un recordatorio de que incluso en los años más duros la vida ofrece pequeñas treguas..