Polémica

"Palante y sirculando": el lema de Josep María Quintana, el cura que aconsejó a Juan Ortega que no se casara

Todas las versiones de la «no boda» del diestro cuentan que escuchó a su cabeza y dejó hablar a su corazón, dejando a la novia casi en el altar

El cura Josep María Quintana
El cura Josep María QuintanaRedes sociales

«El amor no es solo un sentimiento, también es una valentía», decía Honoré de Balzac, y como un acto de bravura, consideró el torero Juan Ortega dejar a su prometida en el altar «compuesta y sin novio», en aras del más puro amor. El diestro, que escuchó a su cabeza y dejó hablar al corazón, lo dijo en voz alta: «Quillo, que no puedo, y lo siento, pero no puedo casarme». Esas palabras aún taladran los tímpanos de Carmen Otte, la novia elegida, a la que se le cayeron todas las horquillas del moño cuando estaba a dos minutos de poner el pie en el altar mayor de la Iglesia de Santiago en Jerez.

Ha pasado una semana desde que este amor, sin geografía, traspasó todas las fronteras de la docilidad y, al no haber una versión oficial por parte del torero anunciando la causa «de la espantá», se han vertido ríos de tinta dando versiones de todo tipo. El argumento en el que todas las versiones coinciden es en «bendita faena la del torero, y esta vez no ha sido en una plaza, sino en una Iglesia dejando llorando a la novia».

El torero Juan Ortega
El torero Juan Ortega Gtres

Cuando la mañana del sábado pasado Juan confesaba sus dudas a su amigo Josep María Quintana, el sacerdote que se había traído de Barcelona para que le casara y que mantiene cercanía con famosos como Tamara Falcó, la respuesta de este fue taxativa: «No, así no te cases. Pon tu vida en manos de Dios y él te guiará donde tenga que ser».

Farándula

Juan no es al único al que este cura catalán muy unido al Opus Dei, está ayudando en el mundo de la farándula. Según fuentes cercanas a él, «le encanta ese mundillo». Ahora estaría ayudando a familias como los Finat o a Eduardo Verástegui, sin olvidar a los Falcó ni los guiños que le hace a Carlos Alcaraz, a seguir rectos por los caminos de Dios. Él da clases magistrales a famosos y no famosos para que aprendan a reflexionar sobre los pasos que van dando en la vida. Fuentes consultadas cercanas a la Conferencia Episcopal matizan a este medio que «no todo el mundo comparte sus métodos, pero todo lo que sea ayudar a que se cumplan los sacramentos son bienvenidos para la Iglesia». Parece que el nuevo cura estrella ya tiene su cuota de «share». Su post favorito en redes siempre termina con la siguiente frase: «Palante y sirculando»

El padre Carlos Redondo, párroco de la Iglesia de Santiago, habló con LA RAZÓN y apostilló que desde hace tiempo estaban firmados los papeles de la boda, pero que el contrayente había pedido «la venia» para que oficiara el sacramento su cura amigo, el padre Quintana, que le invitaba a sus «Macrofiestas del Rosario» cuando se celebraban en Sevilla.

La tarde del viernes hubo un ensayo en la Iglesia y todo fue bien. Horas más tarde, la pareja aparecía acaramelada bailando flamenco en la Bodega Almocadén en su preboda, junto a muchos de los invitados. Alguno de ellos manifiesta lo siguiente: «¿Conoces la canción de Serrat que dice ‘‘porque la quería se fue’’? Pues mucho hay de eso en lo que ha pasado. Juan quiere con locura a Carmen y por eso ha pasado lo que ha pasado. Para evitar males mayores». El corazón de la cardióloga, que de eso entiende, ha pasado del fuego al frío y sigue sin comprender todavía lo ocurrido en el de su prometido.

«No la quería y punto». Así de tajante es el círculo cercano a Carmen Otte, que, en vez de estar de viaje de «luna de miel», permanece en casa de sus padres sumida en el máximo dolor. El entorno asegura que no hay terceras personas.