
Asombroso
Pavel Durov y sus 106 hijos: el heredero digital que quiere poblar el mundo
El fundador de Telegram asegura haber concebido más de un centenar de hijos y promete repartir su fortuna entre todos. Pero no podrán tocarla hasta el año 2055

Pavel Durov nunca ha sido un empresario convencional. El creador de Telegram y VKontakte -el "Facebook ruso"- ha decidido salir de las sombras con una revelación que suena más a distopía que a confesión: tiene al menos 106 hijos y todos heredarán su fortuna.
En una entrevista con el medio francés "Le Point", el magnate de 40 años explicó que tiene seis hijos concebidos naturalmente y que el resto son fruto de años como donante de esperma. Más de una década de fertilidad compartida, en doce países distintos, para un legado genético que parece sacado de una novela futurista. "No hago ninguna diferencia entre mis hijos: todos tienen los mismos derechos", afirmó con serenidad quirúrgica.
Durov, con una fortuna estimada en 17.100 millones de dólares según "Forbes", ha dejado claro que el dinero no será un regalo inmediato. En su testamento —recientemente redactado— estableció que sus hijos no podrán acceder a la herencia hasta el 19 de junio de 2055. "Quiero que vivan como personas normales, que aprendan a confiar en ellos mismos y no en una cuenta bancaria", dijo, en lo que suena a un manifiesto de autosuficiencia más que a una decisión patrimonial.
El genio digital sostiene que su primera donación de esperma fue altruista, un gesto hacia un amigo con problemas de fertilidad. Pero la experiencia lo transformó. Detectó, según sus propias palabras, una "escasez mundial de esperma sano" y decidió convertirse en parte de la solución. Ahora, quiere incluso hacer público su ADN para que sus descendientes puedan reconocerse entre sí. "Es un riesgo, pero no me arrepiento", asegura. Y lanza, casi como consigna ideológica: "La humanidad debe fomentar más nacimientos".
No todo es legado y altruismo. En 2024, Durov fue imputado en Francia por supuesta complicidad en actividades ilegales alojadas en Telegram, como tráfico de drogas o distribución de material de abuso. Él niega todo: "Defender las libertades te granjea muchos enemigos, incluso dentro de los Estados más poderosos", afirma, posicionándose como mártir de la privacidad digital.
Exiliado de Rusia tras negarse a entregar datos de usuarios al Kremlin, Pavel Durov es un personaje que parece mezclar el individualismo radical con una visión casi darwiniana del futuro. Controlador, fértil, millonario y políticamente incómodo, ha convertido su vida en un experimento de paternidad masiva y herencia diferida.
El testamento está cerrado hasta 2055. La historia, sin embargo, ya empezó a escribirse.
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