Confesiones

Rappel nos habla de amor: de su mujer Luisa a la pasión por el hijo del chófer de Franco

Aprovechando la publicación de su libro “El futuro ya es ayer”, el vidente nos cuenta qué significó la llegada de José María, su gran amor, a su vida

Entrevista al futurólogo Rappel
Entrevista al futurólogo Rappel. David JarDavid JarFotógrafos

Cuando conoció a José María Morón, Rappel se movía en un Cadillac gigantesco a modo de limusina. Era la época del programa "Tómbola" del Canal Nou. Al mismo tiempo que vivía una época de televisión delirante, junto a Lidia Lozano, Jesús Mariñas y Karmele Marchante, con los que hacía la llamada Ruta del Bakalao por las discotecas de Valencia, el vidente iniciaba una relación que se mantiene casi cuarenta años después. A él ha dedicado su libro biográfico "El futuro ya es ayer", del que nos habla en primera persona.

Le había conocido un año antes en una de sus lecturas de cartas. Su programa de radio de los ochenta, "Rappel de corazón", con el que hacía la competencia a la mismísima Encarna Sánchez, le estaba dando una gran popularidad. El sentimiento por un hombre no le sorprendió del todo. "En mi juventud, ya había tenido amistad con chicos con los que tonteaba y alguna cosa más, pero sin llegar a nada serio". Recuerda especialmente a un ventrílocuo guapísimo, además de otros hombres que no declaraban su homosexualidad de forma tan abierta. A pesar de estos flirteos, con quien se casó fue con Luisa, madre de sus cuatro hijos (el menor murió con once meses) y su amor durante los 17 años que duró el matrimonio.

Rappel en una imagen reciente
Rappel en una imagen recienteCedido por Tinder

En "El futuro ya es ayer" aclara que nunca se consideró demasiado atractivo, "así de caerte de espaldas al verme", pero admite que tenía su gancho. "Me mostraba siempre muy generoso, sabía halagar y hacer bromas, disponía de entradas de teatro y de estrenos de cine para dar y regalar, era divertido y me gustaba mucho reírme y salir".

Choque cultural

El ambiente liberal en el que se movía Rappel contrastaba con el entorno conservador de José María, hijo de militar. Cuando le conoció vivía en El Pardo, en una colonia de casitas llamada Mingorrubio donde se alojaba el personal que estaba al servicio primero de Franco y luego de la Familia Real. "Su padre fue el chófer al servicio del dictador y de su familia durante años, y cuando este murió, pasó a ser conductor de varios jefes de la casa militar del Rey Don Juan Carlos I y de Don Juan de Borbón".

José María, el mayor de cinco hermanos, estaba llamado a la carrera militar. De hecho, ingresó en la Guardia Real y lució su uniforme azul marino con rebordes rojos y dorados. "Su preparación física era excelente, tal como exigía el cuerpo de élite al que pertenecía. Esquiaba, se tiraba en paracaídas y se atrevía con marchas kilométricas y navegaba en embarcaciones a vela. Lucía una figura espectacular gracias al deporte y al trajín de trabajo que se gastaba".

La madre de José María era oyente de Rappel y tenía mucha fe en sus adivinaciones. Un día él joven militar decidió llamar para pedir hora en su consulta porque quería aclarar un asunto de amores con una chica italiana que había conocido en Palma de Mallorca mientras trabajaba en la seguridad de Marivent. Estaba indeciso y el vidente, además de pronosticar que no habría casamiento, le preguntó si no se había planteado nunca relaciones homosexuales.

Entrevista al futurólogo Rappel. David Jar
Entrevista al futurólogo Rappel. David JarDavid JarFotógrafos

Rappel no lo recuerda, pero, según le dijo el militar más tarde, le comentó que un día conocería a un hombre importante en su vida, que tendría algo que ver con las antigüedades. No volvieron a verse hasta un año después. La madre necesitaba saber si su hijo menor, Juan Antonio, gravísimo en el hospital Gómez Ulla por un accidente, saldría adelante. José María se presentó en su consulta vestido de blanco y sin previa cita. Le tiró la rueda de las cartas y lo vio claro: "Tu hermano no se muere".

"Aquel primer gustarnos entre José María y yo se quedó en un tonteo superficial hasta que una agencia de viajes de Madrid me propuso promocionar una escapada a Egipto. En aquel viaje, donde no nos iba a conocer nadie, vi mi oportunidad de cimentar lo nuestro, de convencer al joven moreno de que podíamos ser algo más que amigos". Y fue en aquellas excursiones por el desierto cuando se hicieron de verdad pareja y consumaron por primera vez.

Ni Felipe II las pone tan bien

Rappel llegó a aquella casa de militares como una institución, aunque nadie sospechaba de la relación. Ni siquiera su exmujer, Luisa, sabía la verdad, lo que sí hizo fue preparar una separación definitiva que no perjudicase ni a su mujer ni a sus hijos. "Ni Felipe II las pone tan bien", le soltó el notario.

Entrevista al futurólogo Rappel. David Jar
Entrevista al futurólogo Rappel. David JarDavid JarFotógrafos

"Casi cuarenta años después, la relación continúa intacta. José María es mi cómplice, mi administrador, mi secretario, mi pareja, el amor de mi vida. Yo soy con él. No me imagino mi vida sin él. Cuando pienso en mí, me pienso con él. Tenemos esa complicidad de las personas que llevan mucho tiempo juntas, una afinidad imposible de explicar".