Opinión
Los sábados de Lomana: España es país para candidatos de ETA
«Lo más triste es que en muchos pueblos de Euskadi nadie se atreve a rechistar, por miedo»
Un país para gordos, según la secretaría de Estado de Igualdad, Ángeles Rodríguez, conocida como Pam. Esta señora que se dedica a insultar a todo bicho viviente, llamando «puta coja» a una compañera de partido que formaba parte de otra facción de Podemos; fachas, a los que no piensan como ella; que se reía hablando de violadores y pederastas y que ya habitan por nuestras calles superando los mil gracias a la ley que ha hecho su jefa. Pues, esta «elementa» no soporta que la llamen gorda ni fea. Fea no es, pero gorda sí y eso, si no le gusta tiene fácil arreglo, dejar de comer y beber tanto. En su disparatada cabeza es mucho más lógico poblar de gordos y gordas el Congreso. Sus complejos al verse tan rodeada se suavizarán y empezaremos los delgados a protestar porque nos obligan por decreto ley a engordar. Si seguimos en esta dinámica los calvos reivindicarán más calvos, y así sucesivamente cada uno con sus complejos.
El hemiciclo se puede convertir en un disparate. No entiendo por qué últimamente es una afrenta y palabra prohibida gordo o gorda, cuando nos tienen fritos a publicidad de productos adelgazantes y gimnasios. Lugares donde el personal se deja la piel en máquinas terroríficas sudando y sufriendo para tener un cuerpo como una piedra y espantosos músculos y si con esto no es suficiente, cientos de ofertas para liposucciones y marcar tableta en quirófanos, donde te puedes dejar la vida.
La hipocresía y cinismo de esta enloquecida sociedad de culto al cuerpo y no a la mente, veta la palabra gordo. Eso sí que no. Haberlos haylos, pero no se nombran. Bueno, pues ahora la que se queja soy yo, tengo mala conciencia, me hacen sentirme como un ser marginal, fuera del contexto social, porque una vez me apunté a un «gym» y salí asustada pensando que eso no era para mí. Siempre reivindico a mi abuela que era listísima y decía que no había que gastarse, que la belleza había que descansarla... Tenía razón o al menos eso quiero creer. Yo abogo por una vida saludable, activa, nadar mucho en verano, caminar, no inflarse a vino y cerveza, comer con moderación, pocas grasas y alimentos procesados, siempre optar por los productos frescos de temporada. Pescados con mucho Omega 3 como el salmón, atún, sardinas, truchas... En fin, lo que se llama ¡dieta mediterránea! A mí me ha dado buen resultado ya que mi peso no ha variado.
El tema Bildu en las listas electorales con siete asesinos de ETA que jamás se han arrepentido, si no que se consideran «gudaris» y héroes de Euskadi, más otros 37 condenados, es una vergüenza y afrenta nacional. Nos han hecho sufrir a todos los españoles de bien, viendo los asesinatos y masacres indiscriminados. Ahora, van a sentarse en gobiernos y alcaldías de la mano del PSOE. Lo más triste es que en muchos pueblos de Euskadi nadie se atreve a rechistar, no habrá otras candidaturas porque les tienen miedo, ese miedo ancestral del tiro en la nuca si no eres como ellos. Ese tiro siempre por la espalda, ese tiro que los convertía en héroes con cada víctima inocente. Una perversión que convierte a asesinos natos en héroes. Los que hemos vivido en la horrible época del plomo y secuestros tenemos, y ahora sí, memoria histórica y una cicatriz en nuestro corazón. Soportar esto va a resultar demasiado para muchos vascos que los han sufrido (y siguen sufriéndolos) viendo cómo se pasean con sus andanadas y chulerías como los «capos del pueblo». Los políticos callados, sin mojarse -excepto pequeñas voces- a las que parecen callar en su partido, «el silencio de los corderos», el miedo que aún persiste, silencio, bajar la cabeza para que no te vean cuando pases por la plaza de tu pueblo doblegados y humillados con un alcalde asesino. No olviden que el voto es nuestro patrimonio y solo nosotros lo conocemos.
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