La anécdota
Alfonso Martínez de Irujo dio la nota en la boda de Cayetano y Bárbara
No se percató de que la ceremonia que se estaba celebrando no era la de su hermano
Un error imperdonable, una equivocación que causa risa. Alfonso Martínez de Irujo llegó antes de tiempo a la iglesia del Cristo de los Gitanos y se unió a los invitados de una boda que no era la de su hermano Cayetano.
La cuestión es que nadie le avisó de que el enlace de Cayetano y Barbara Mirjan se había retrasado quince minutos y ni corto ni perezoso se presentó media hora antes en el templo sevillano.
Me cuenta un testigo presencial que Alfonso se sintió perdido porque no conocía a ninguna de las personas que llenaban a esa hora la iglesia. Llegó a pensar que podían ser los invitados de la novia y que los de su familia no habían aparecido todavía. Y se sentó en uno de los últimos bancos para hacer tiempo.
Sin banquete
Pasaron más de quince minutos hasta que vio una cara conocida. Y el despiste se convirtió en una anécdota divertida, aunque, evidentemente, dio la nota.
Además, Alfonso tan solo estuvo en la ceremonia religiosa, y no fue a la celebración posterior. Lo justificó con un "el lunes tengo muchas cosas que hacer y si me quedo a la fiesta me acostaré tarde y acabaré muy cansado. Prefiero irme ya a Madrid…"
De todas formas, en los últimos años la relación entre Cayetano y Alfonso no ha sido lo que se dice muy fluida ni cordial. Al segundo le disgustaron mucho las memorias del primero, en las que no dejaba en buen lugar a sus hermanos.
Dicen que esta boda ha servido para que el novio se "reconcilie", por fin, con el resto de su familia. El abrazo en la puerta de la Iglesia con su hermano mayor, Carlos, actual Duque De Alba, parece una declaración de intenciones. Ya veremos si este conato de unión se perpetúa en el tiempo.
Lo que está muy claro es que, si la Duquesa De Alba siguiera viva, jamás habría permitido la desunión entre sus hijos. Ella mantenía los lazos familiares intactos. O eso es lo que parecía.