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Biotecnología: España ante el reto de subirse a la modernidad
En el I Desayuno Informativo A TU SALUD- Zeltia, se analizó la coyuntura de un sector que realiza grandes aportes al tejido industrial y a la sociedad española y que, en cambio, desde las administraciones públicas, como Industria o Ciencia e Innovación, apenas reciben apoyos suficientes
El futuro de muchas de las áreas del ámbito sanitario se encuentra en sus manos. En la biotecnología ponen sus miras los científicos para diagnosticar de forma precoz las enfermedades, para diseñar fármacos perfectos –directos y con menos efectos secundarios–, encontrar la dieta ideal según la información de los genes… una serie de posibilidades que a priori se muestra casi infinita. Sin embargo, esta tecnología permanece semi oculta a la sociedad y casi nadie en la calle sabe de su existencia o, al menos, de su peso en la economía actual, ni siquiera las administraciones públicas conocen su verdadero potencial, por lo que los apoyos son casi nulos.
Por ello, desde el semanario A TU SALUD se ha llevado a cabo un desayuno conjunto con la empresa biotecnológica Zeltia, con el fin de abordar la coyuntura de este sector, que, según se extrae de las conclusiones del debate, parece que entrará en retroceso de forma irremediable debido a las últimas medidas del Gobierno. Luis Mora, director general de PharmaMar –una compañía del Grupo Zeltia–, asegura que sólo se trata de hacer números: «Con que las administraciones pagasen a tiempo los costes de los medicamentos, no habría recortes en las arcas sanitarias». La mayoría de las comunidades autónomas tiene un retraso en el pago de unos 300 días, con lo que deben asumir unos intereses de demora de seis puntos sobre el euribor, «lo que iguala al siete por ciento de la rebaja de los precios que marca el nuevo decreto si se pagase en su justo plazo», argumenta Mora.
Inversión
Otro de los ponentes, Pedro Franco, director general de Biotools, señala que «las subvenciones se han convertido en un lastre que las empresas deben superar», ya que si el Gobierno las restringe cerrarán muchas. En la misma línea, David López, director general de Bi-Able, asegura que sería mejor emplear estrategias de exenciones fiscales a los inversores para promover su confianza. Y resalta al mismo tiempo, que «este sector crea empleo de calidad, de un perfil alto, necesario para el desarrollo de nuevos modelos económicos y de futuro», sostiene.
Quizá por ello, los asistentes al desayuno echaron de menos un ministerio con «verdaderas competencias e intenciones» de apoyar a este sector, que se encuentra a medio camino entre Industria y Ciencia e Innovación. Además, acusan la falta de aplicación de las patentes y los logros que se alcanzan en materia biotecnológica. «Resulta contraproducente invertir en patentes que luego vendemos en el extranjero sin que haya posibilidad de explotarlo aquí», apunta Isabel García, secretaria general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).
Aunque en principio de toda esta situación se desprendiese cierto pesimismo, Rosario Cospedal, directora general de Genomics, sostiene que «en España se hace muy buena biotecnología a pesar de la carencia de recursos, tanto personales como materiales». En este sentido, la mesa se mostró de acuerdo con que los biotecnólogos sean científicos con conocimientos empresariales. «Hacen falta gestores e impulsores de estas herramientas», apunta Cospedal. Por su parte, la secretaria general de Asebio pone un punto de optimismo en la discusión cuando manifiesta que, «a pesar de la crisis se vislumbran cifras positivas y aún se mantienen las inversiones».
¿Qué es?
Explicar en qué consiste y cómo repercute la sociedad, una tecnología en la que se invierten millones de euros
l La biotecnología permite obtener a gran escala y de forma segura productos naturales, presentes en los organismos vivos, que de otra manera no podrían extraerse en suficiente cantidad.
l En muchas enfermedades, esta herramienta puede ofrecer instrumentos de diagnóstico y tratamiento mucho más seguros y rápidos que los habituales.
l Algunos ejemplos prácticos de la biotecnología son las vacunas, los biosensores que analizan algunos marcadores orgánicos vinculados a enfermedades genéticas o tumorales (anticuerpos o enzimas), los chips de ADN (contienen moléculas ancladas en un soporte sólido) y los organismos modificados genéticamente o transgénicos, entre otros.
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