Presidencia del Gobierno

CiU suaviza su respuesta y sopesa la abstención

Duran negocia a tres bandas con PSOE y PP un acercamiento a la reforma constitucional

Otro café para el candidato
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MADRID- Superado el primer trámite parlamentario de la reforma constitucional que consagra el equilibrio presupuestario, PSOE y PP confían en que al menos CiU no de la espalda a un acuerdo que se considera de vital importancia para el país. La negociación desde ayer se cuece a tres bandas, pese a que los socialistas pretendían, según fuentes del nacionalismo catalán, mantener los contactos a dos, un escenario al que se han negado los populares. El acuerdo, sin duda, se antoja difícil después de la durísima intervención que Josep Antoni Duran Lleida hizo desde la tribuna de oradores el martes durante el debate para la toma en consideración y de la decisión del grupo de no participar en la votación. Bien es cierto que inmediatamente después de que Duran acusara a PP y PSOE de quebrar el «consenso constitucional», se mostró dispuesto a participar en la tramitación parlamentaria con la presentación de enmiendas al texto impulsado por socialistas y populares, cuyo plazo acaba hoy a las dos de la tarde. Su objetivo es que se fije un tope máximo de déficit fiscal entre las Autonomías y el Estado y que se garantice la autonomía financiera de las Comunidades, un principio que a juicio de PP y PSOE en absoluto se quiebra con la redacción actual.

En las sedes de los dos principales partidos entienden que tras la posición de los convergentes hay más una estrategia electoral de marcar distancias ante el 20-N que una decisión meditada de autoexcluirse del acuerdo. Porque pese a que Duran sostiene que la reforma ha sido cocinada a espaldas de los partidos mayoritarios, desde el PP aseguran que el líder de los nacionalistas catalanes en Madrid estuvo informado de la reforma «antes, durante y después de la negociación» y que habló con Mariano Rajoy y con Soraya Sáenz de Santamaría en no pocas ocasiones durante los días que se fraguó el acuerdo.

Así las cosas tanto PSOE como PP buscan al menos que en la votación definitiva de mañana en el Congreso de los Diputados, los catalanes se abstengan y, según ha podido saber este diario de fuentes de la coalición catalana este escenario es más que probable. Lo cierto es que los dos partidos mayoritarios tienen un interés máximo en sumar al pacto a CiU pues entienden que trasladaría una imagen de país muy positiva al exterior. De lograr la abstención, los catalanes mantendrían su distancia estratégica ante su electorado de cara a las elecciones del 20-N y a la vez trasladaría un mensaje de responsabilidad y recuperarían su perfil de partido colaborador con los asuntos de Estado.

De momento, ayer el líder de CiU en Madrid remitió una carta idéntica a Zapatero, Rubalcaba y Saénz de Santamaría para recordarle su posición, ésta es aceptar el principio de estabilidad presupuestaria pero que los límites de déficit estructural del Estado se fijen en por Ley Orgánica de las Cortes y el de las Comunidades Autónomas, por una norma emanada de sus Parlamentos. La misma propuesta plantea para la emisión de deuda y de contratación de crédito. Los nacionalistas catalanes esperan que a lo largo del día de hoy se intensifiquen los contactos a tres bandas y que puedan acercarse posiciones. Bastaría para la abstención que se pretende una garantía de que la ley orgánica que seguirá a la reforma de la Constitución asuma sus principios. Anoche, la sensación entre los socialistas y los populares era que los catalanes estaban predispuestos al acercamiento. Hoy seguirán los contactos.


LAS CLAVES
1.- ESTABILIDAD
Los catalanes están dispuestos a asumir el principio de estabilidad presupuestaria en el articulado de la Constitución.
2.- DÉFICIT
Por el contrario, reclaman que sea una Ley Orgánica de las Cortes Generales la que fije el déficit estructural del Estado.
3.- AUTONOMÍA
El déficit de las Comunidades, la emisión de deuda o la contratación de crédito se fijaría por ley de sus parlamentos.


Otro café para el candidato
Rubalcaba necesitó un café el martes para no dormirse en el debate sobre la reforma constitucional. El lunes se agotó explicando el cambio en la Carta Magna y no lo pudo resistir, necesitaba cafeína. Ayer volvió en su busca porque entre reunión con universitarios y la foto de rigor tuvo que negociar, ahora a tres bandas y con el único objetivo de que CiU no haga saltar por los aires el hito conquistado por el PP y el PSOE con el acuerdo por la reforma constitucional. A las alturas que estamos del curso, el candidato va a necesitar mucho café.