BARCELONA- La tensión entre la Generalitat y el Gobierno subió enteros ayer. Un día después de que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, asegurase que en los colegios catalanes se educaba alentando el independentismo, la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, decidió contestar al ministro con dos desafíos a su gerencia. Por un lado, indicó que no romperá la «cohesión social» en las aulas separando a los alumnos por razón de lengua, y por otro, dio luz verde y mostró su apoyo a los centros que se han rebelado contra la celebración del Día de la Hispanidad (12 de octubre) y que pretenden hacer clase con normalidad ese día.

Ante la intención de Wert de «resolver» en esta legislatura el problema de que los estudiantes en algunas comunidades autónomas no puedan estudiar en castellano, la consellera decidió emitir un comunicado en el que valoró la posibilidad de que el Ministerio de Educación pague las escuelas que tengan el castellano como lengua vehicular. La propuesta de Wert, en opinión de Rigau, es «fruto de la impotencia frente a la consideración de la escuela catalana» y no cuenta «ni con apoyo normativo ni pedagógico», ya que mantiene la Ley de Educación sin variarla un ápice tras las sentencias del Supremo y el TC.

Sí al boicot de la Hispanidad
La consellera, que insistió que el castellano goza «de buena salud» en la escuela catalana, aludió que esta segregación supondría «un cosa fuera de norma», una apuesta «que piensa en todo el mundo menos en los alumnos, que piensa en la política con un nivel de confrontación». Tampoco dedicó halagos al anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa que plantea el Ministerio. Rigau explicó que «lo que plantea es sacar competencias a las comunidades autónomas en general y, evidentemente, de las que tenemos lengua propia. Lo que sueña –el Ministerio– es con un modelo educativo que responde a un solo modelo nacional. Piensa que puede trabajar a favor de la españolización a través de una ley de educación».
Por otro lado, la consellera se pronunció sobre la polémica que han generado las dos centros catalanes que quieren abrir sus puertas el próximo 12 octubre para mostrar su rechazo a la fiesta de la Hispanidad. Se trata del instituto «La Llauna» de Badalona y del pequeño colegió «Montellà» situado en La Cerdanya. La consellera comparó esta iniciativa con la de un «domingo de puertas abiertas» y desde la conselleria aseguraron que las escuelas pueden abrir un día festivo.

Como los centros no tienen la obligatoriedad de comunicar a la administración cuándo hacen jornadas de puertas abiertas, Enseñanza desconoce cuál será la cifra de colegios insumisos a la Hispanidad. «El calendario escolar está fijado», indicó Rigau en declaraciones a RAC1, «tal y como pasa algunos domingos, los centros pueden abrir para hacer actividades no curriculares. Los días festivos no pueden enseñar materias», añadió.

Desde la asociación Escola en Català, se ha hecho un llamamiento a todos los colegios catalanes para que no celebren el Día de la Hispanidad y el de la Constitución, el próximo 6 de diciembre, según un comunicado.