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«Conan» qué bárbaro

Desde Schwarzenegger en los ochenta, ningún actor había empuñado la espada del Cimmerio. Ahora, Jason Momoa, que triunfó con la serie épica de HBO «Juego de tronos», lo devuelve a la gran pantalla, eso sí, en tres dimensiones.

El actor se hizo famoso gracias a la serie «Juego de tronos»
El actor se hizo famoso gracias a la serie «Juego de tronos»larazon

A la vista de su musculatura nadie diría que es casi un octogenario. Tampoco su larga melena lo sitúa en el albor de la senectud. El don de la supervivencia con el que fue dotado sólo es comparable al de su larga existencia en el imaginario colectivo a través de los más variados formatos: cómics, películas, video-juegos y juegos de rol se han rendido a los encantos del Cimmerio, el primer héroe salvaje de la Historia. Aunque se hizo famoso gracias a los cómics publicados a partir de los setenta por Marvel y Dark Horse, Conan el Bárbaro es uno de los hijos predilectos de la literatura «pulp» de principios de siglo XX. Fue la revista «Weird Tales», en la que también escribía Lovecraft, donde Robert E. Howard encontró el lugar para desarrollar su personaje. Antes de su precoz muerte (se suicidó en 1936), el también creador de Solomon Kane llegó a escribir veinte relatos sobre el Cimmerio.


Tras los pasos de Mel Gibson
Jason Momoa es el nuevo encargado de alargar la leyenda de este antihéroe, un salvaje intolerante con la corrupción de los poderosos: «Se trata de una vuelta a nuestros orígenes. Durante 30 años no hemos tenido un Conan. Y hay ochenta de material. Creo que es el momento adecuado para conquistar a una nueva audiencia. Entrar en un mundo que no es políticamente correcto resulta muy divertido», explicó durante su visita a Madrid el actor, que irrumpió en el mundo de la ficción con la serie de HBO «Juego de tronos», donde interpreta a un personaje, Khal Drogo, no muy diferente a Conan. «"Vigilantes de la playa"fue mi debut como actor, pero no cuenta mucho. El primero de verdad fue en "Juego de tronos". Estoy convencido de que me dieron el papel de Conan gracias a esa serie», asegura Momoa.
Mientras que Hollywood ya lo ve como un firme candidato para convertirse en el nuevo héroe del cine de acción, heredero de Stallone, Schwarzenegger y Bruce Willis, Momoa tiene sus propios planes: «Me encantan las películas de acción. Pero, a la vez, me gustaría escribir y dirigir cintas pequeñas, independientes. Como, por ejemplo, Sean Penn y Clint Eastwood, que triunfó en su faceta de protagonista de western y después desarrolló su carrera en el cine de autor. Sé las cosas que me interesan. Si estas grandes películas me ayudan a financiar otras más pequeñas bienvenidas sean». Pese a haberse convertido en uno de los personajes más controvertidos de Hollywood, Momoa no tiene reparos en asegurar que la carrera de Mel Gibson es un modelo a seguir para él: «Al principio protagonizó "Mad Max", pero después pudo hacer sus propios proyectos como dirigir y actuar en "Braveheart"y "Apocalypto", que son dos filmes muy buenos. Me gustaría seguir sus pasos en ese sentido». Por el momento, el actor hawaiano continúa con su particular cruzada para conseguir dinero gracias a «Headshot», en la que el enfrentamiento físico, pero también generacional está servido: su contrincante es Stallone: «Interpreto al típico malo malísimo, a un criminal que mata a policías. Al final tengo una pelea con Stallone. Se trata de un "Conan contra Rocky"en toda regla», bromea Momoa.


Un Robin Hood salvaje
Desde luego, salta a la vista que el intérprete tiene un don innato para estos personajes, aunque él prefiere subrayar la parte más humana del Cimmerio, que, si bien se toma la justicia por su mano, siempre lo hace para proteger a los débiles frente a los poderoros de una manera completamente altruista: «Me gusta la idea de que él busque su propio destino y que tenga un sentido del honor y de la lealtad tan desarrollado», dice Momoa sobre el personaje, cuyo objetivo es vengar la muerte de su padre. Las similitudes entre actor y personaje se producen, también, en ámbitos algo más banales: «A los dos nos encanta la cerveza y el sexo. También creo que tengo más sentido del humor», comenta el ex vigilante de la playa, casado con la también actriz Lisa Bonet, con la que tiene dos hijos.
 
Su interés por el cine «indie» no va a impedir, sin embargo, que Momoa siga involucrado no sólo como actor, sino también como guionista en esta producción que podría verse convertida en una saga: «Tenemos varias ideas para una secuela. Lo difícil ya está hecho porque el mundo de Conan está creado, además de muchas historias sobre sus aventuras... Me encantaría estar involucrado en la próxima, pero hay que esperar a ver cómo funciona ésta. Si va bien, seguro que tendremos la dos y la tres y yo, desde luego, participaría». Quién lo duda, 27 años sin un nuevo Conan (la anterior es de 1984), el formato en tres dimensiones y la última sensación de Hollywood son buenos ingredientes para un taquillazo veraniego.


Más allá de la violencia
Desde los orígenes «pulp» del Cimmerio, las dosis de sexo y violencia siempre han sido generosas, y este «Conan» no iba a ser una excepción. Su director, Marcus Nispel, no se ahorra una pizca de sangre ni desperdicia ninguna amputación posible (y, en muchos casos, gratuitas) en las infinitas escenas de acción que contiene la cinta. No se le puede reprochar nada a Nispel: los productores de la película lo contrataron siendo conscientes de que en su filmografía reciente figura la nueva versión de «La matanza de Texas» y el último episodio de la saga «Viernes 13». Además de violento, Conan también es un gran conquistador y, a la manera de un James Bond salvaje, se han mostrado numerosas mujeres que se rinden a sus encantos primitivos a través de sus muchas historias. Sin embargo, las escenas de sexo resultan mucho más tímidas que aquellas dedicadas a la batalla: los escrúpulos con los que se muestran unas y otras no son los mismos.



El detalle
LOS ESTEROIDES, DEMODÉ

Si bien ambos son dos pesos pesados, parece que la musculatura de Momoa no resulta tan exagerada como aquella que popularizó el ex culturista Schwarzenegger en «Conan», con la que además desplegó una campaña en defensa del uso de anabolizantes. Para Momoa, sin embargo, son sólo exigencias del guión: «Los dos personajes. Drogo y Conan, transformaron mi cuerpo. Para Khal Drogo gané 15 kilos. Voluntariamente nunca habría hecho algo así. Una de las grandes ventajas de la interpretación es aprender cosas que nunca harías, como a manejar una espada o a montar a caballo», dice el actor, quien sólo hace referancia a trabajo e improvisación cuando habla de la preparación de su personaje: «Practiqué varios tipos de movimientos porque había muchas escenas de lucha. Después, ensayábamos las coreografías justo antes de rodarlas». Lo dicho, el culturismo es cosa de los ochenta.