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Las ocho medidas que sí ahorrarían un 20% de energía a España

Dejar de despilfarrar energía no es sólo factible, sino necesario. La tensa situación que se vive por la espiral del precio del petróleo a raíz de la crisis en Libia y de otros países productores del mundo árabe es sólo la última piedra con la que se tropieza esta vez el Gobierno.

España a exámen: cómo y dónde se ahorra energía
España a exámen: cómo y dónde se ahorra energíalarazon

El petróleo no es –por mucho que se quiera– un producto con unos recursos interminables. Se consume más de lo que anualmente se descubre. Pero, aunque la situación fuera otra, lo cierto es que España está comprometida a lograr un 20% de ahorro energético de aquí al horizonte 2020.

Los edificios, clave

A esta situación hay que sumar que los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) dejarán de ser gratuitos a partir de 2012, por lo que es más que previsible que el precio de la tonelada se dispare. Y si no al tiempo. Y por posibilidades no será. Sólo con ocho medidas –no 20, ni 31–, España podría cumplir ese objetivo de reducción del despilfarro.

La rehabilitación energética de los edificios resulta esencial, ya que consumen el 40% de la energía final que devora la Unión Europea. Es por ello que la primera propuesta de la Fundación Renovables es que se apruebe un plan de rehabilitación energética de viviendas y edificios (unos 400.000 al año), así como un plan de incentivos fiscales según la calificación energética.

Dentro de esta medida también se podrían establecer como prioritarios los sistemas centralizados de calefacción y refrigeración, con el consiguiente ahorro económico que los consumidores obtendrían. Así como crear instrumentos financieros para el ahorro de energía.

«Que se ejecute en el más corto plazo posible el Plan del Ministerio de Fomento –anunciado en septiembre de 2010– de incrementar el transporte de mercancías por ferrocarril y establecer un incentivo fiscal al etiquetado de los vehículos» es la segunda medida. «Fomento tiene un plan de 7.000 millones de euros para esto. El problema no es aprobar medidas, sino aplicarlas», denunció Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables, director de Energía de Arnaiz Consultores y ex director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

La tercera propuesta consiste en acordar con las distribuidoras la obligación de reducir en un uno por ciento al año la facturación a los consumidores, y que se establezcan incentivos fiscales al ahorro, así como crear tarifas por bloques según el consumo.

Controlar temperaturas

Retomando el tema de los edificios, la cuarta medida «consiste en obligar a una regulación energética y uso eficiente de la temperatura de la calefacción y la refrigeración, los ascensores y el agua caliente sanitaria en la Ley de Propiedad Horizontal y en las ordenanzas municipales».
En el caso de los ascensores, por ejemplo, la mayoría tiene las luces encendidas todo el día, cuando se podrían añadir unos sensores a las cabinas con los que la luz sólo se encendería al abrirse las puertas. El confort sería el mismo.

La quinta propuesta consiste en «establecer como obligatorio que todas las licencias, autorizaciones de obra, equipamientos e infraestructuras tengan un informe de impacto energético».

Movilidad
Aunque todas estas propuestas quedarían cojas si no se fomenta la movilidad sostenible, ya que en España más de un 65% de los trabajadores va en coche o en moto al lugar de trabajo, frente a un 20% que lo hace en bici o a pie y un 15% que lo hace en transporte público. A esto hay que sumar que la mortalidad en coche privado tiene, según un informe del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CC OO, un impacto del 4% sobre el PIB. Y las horas de trabajo perdidas al mes, cuando los empleados están en retenciones un 1,5%.

Por ello, desde la Fundación recomiendan, como sexta iniciativa, limitar la circulación de vehículos en las ciudades. Aunque antes se deberían establecer planes de movilidad en las administraciones públicas y las empresas y un reforzamiento del transporte público a través del metro en superficie. Esta recomendación no es nueva en Europa, donde en muchos países, como en Bélgica, las empresas están obligadas a pagar un 60% del abono de transporte del empleado, medida que cofinancian libre de impuestos.

Coches eléctricos

Asimismo, la fundación recomienda crear objetivos a muy corto plazo de puntos de recarga para el coche eléctrico en las grandes ciudades. Por último, reclaman un plan de renovables de aplicación térmica (solar, biomasa y geotermia de baja entalpía) para calefacción, agua caliente sanitaria y frío solar, así como promover instalaciones renovables de pequeña potencia en los desnudos tejados.

No hacen falta 31 medidas, sólo con estas ocho se lograría despilfarrar un 20% menos de energía en 2020, ya que «el ahorro de energía se produce si se logra en los sectores de mayor consumo de combustibles fósiles como son la edificación y el transporte», aseguró Breva.

Transporte
A estas propuestas se podrían sumar las de Ecodes: dar prioridad al transporte público en las vías urbanas y fomentar el coche compartido, instalar más carriles bici, etcétera. Posibilidades hay. Lograr el ahorro depende de la voluntad política de aplicarlas.