Prejuicios y tópicos

El anticlericalismo se nutre de prejuicios y tópicos. Desde hace décadas escucho los mismos argumentos, incluso de algunos progres que se las dan de intelectuales. Con la llegada de Benedicto XVI al Papado, un catedrático le criticaba en un debate hasta que le pregunté qué había leído de uno de los teólogos más brillantes e interesantes del siglo XX. No me supo responder. Estos días hemos podido comprobar, una vez más, la altura intelectual y profundidad espiritual del Papa así como cuán certero es su análisis de los males que aquejan a nuestra sociedad. El laicismo militante es muy cómodo para justificar el egoismo y la insolidaridad. Les sirve de excusa para construir una sociedad sin valores en la que todo vale. Por cierto, aunque al director no le gusta que hable de otros periódicos, me sorprendió una foto que decía pretenciosamente «De Santiago a Barcelona, con ABC como lectura» lo que llevaría a pensar que debía ser muy denso para dedicar tanto tiempo. La realidad es que leyó varios diarios, entre ellos LA RAZÓN.