Crisis en el PSM

Alta política en Cibeles

Primero entraron ellas, Ana Botella y Mar García Vaquero, las «primeras damas» de los presidentes de la democracia, junto a la esposa del alcalde de Madrid, Mar Utrera. Pocos minutos después hacían su aparición, flanqueando a Alberto Ruiz-Gallardón en su recorrido hasta el escenario, Felipe González y José María Aznar.

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Por segundo año consecutivo, el Patio de Cristales del Palacio de Comunicaciones se llenaba, con motivo de la festividad de San Isidro, de caras de la política –todos los candidatos a excepción de Aguirre–, el empresariado y la cultura madrileños. El Ayuntamiento de Madrid hacía entrega de sus Medallas de Oro a González, Aznar y a Adolfo Suárez que, aunque no pudo acudir a Cibeles por su enfermedad, recibirá la distinción en su domicilio en los próximos días.
Aznar se rodeó de algunos de sus ex ministros como Josep Piqué, Rodrigo Rato o Eduardo Zaplana.

También acudieron al acto la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia; el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero; el Nobel, Mario Vargas Llosa; o el restaurador, Lucio, entre otros, en una jornada en la que los sindicatos dejaron sus sillas en Cibeles vacías.
Entre los que estuvieron se pudo ver, por ejemplo, a la diputada regional y próxima edil de la capital, Ruth Porta, junto a la vicesecretaria de Organización de los «populares», Ana Mato, con la que mantuvo una animada charla al inicio del acto. Los azares, o no, del protocolo dejaron al candidato socialista a la Asamblea, Tomás Gómez, sentado entre los empresarios Arturo Fernández y Florentino Pérez, con los que apenas cruzó palabra. El socialista aprovechó la intervención de Aznar para revisar los mensajes de su móvil, una imagen muy distinta a la que ofreció durante las palabras de González, al que aplaudió con efusividad.