Rectificaciones

… e improvisaciones. Si lo he entendido bien, Zapatero y su equipo han tenido que rectificar otra vez y van ya unas cuantas. Ahora ha sido tras la rebelión de algunas comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por los socialistas, y ciertos ayuntamientos, como el de Madrid, a cuenta de la autorización concedida a Artur Mas para que Cataluña pueda incrementar su endeudamiento. La nueva posición, si he comprendido bien la cosa, es que los otros gobiernos autonómicos también podrán endeudarse cumpliendo unas normas. El resultado es que tras estas idas y venidas ha vuelto la desconfianza a los mercados y la prima de riesgo país, que había estado bajando, se ha orientado al alza. Puede que sea casualidad, pero lo dudo. He ahí la rectificación.
Ahora toca la improvisación. Ésta hace referencia a la nueva normativa sobre cajas de ahorro. Me parece muy bien que se pretenda poner orden en ese sector, pero lo que no tiene un pase es que si se pretende aprobar el texto el viernes, en la reunión del Consejo de Ministros, ayer todavía no se supiese nada del «papel» y de lo que el Gobierno y, supongo que el Banco de España, se traen entre manos. Huele a improvisación desde muy lejos. Por cierto, y en relación con este asunto, me permito plantear una cuestión que, de entrada, parece menor, pero que tiene su importancia. Se trata de la imponente Obra Social de las Cajas. ¿Qué va a pasar con ella? ¿Qué será de las residencias de ancianos, de las exposiciones, de los actos culturales y de las investigaciones de todo tipo que financian? Me consta que en el Departamento de Leire Pajín están preocupados. Este Gobierno huele cada día más a rectificación e improvisación.