Grecia

A perro flaco por José Ramón Pin Arboledas

La Razón
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Todo son pulgas. España está flaca. Las pulgas nos asaltan por todas partes. Ya lo avisaron las instancias europeas: si no se cumple no se obligará a salir del euro, pero se perderán las posibilidades de estar en sus órganos de gobierno. Es la amenaza a los GIPSI (Grecia, Italia, Portugal, España e Irlanda). Ahora nos dicen que puede peligrar la presencia de nuestro país en una de las más decisivas instituciones de la zona euro: el BCE. Cuando el año que viene cese, por prescripción del periodo de nombramiento, el consejero González-Páramo, el reemplazo puede no ser español.
Parece lógico que siendo seis los miembros del Comité Ejecutivo, CE, (presidente, vicepresidente y cuatro vocales) y diecisiete de los estados de la zona euro hubiera una cierta rotación. Pero en un órgano como el BCE, técnico por antonomasia, esa razón política no debería ser el criterio de nombramiento. Los miembros del Comité Ejecutivo del BCE tienen que ser expertos e independientes. Es lo que siempre se ha buscado en un banco central, que estuviese al margen de las veleidades políticas de los gobiernos de sus estados. Por tanto, habría que aplicar aquí la misma regla. González-Páramo no debe ocupar el sillón por ser español, sino por ser experto. El presidente actual del BCE es italiano, pero ha sido nombrado por experto no por romano. Ya se sabe que la UE es un pacto entre estados, pero también que se necesita avanzar en su construcción para evitar los problemas con que estamos tropezando ahora y eso es: políticas uniformes y gobiernos unitarios.
Por tanto, no debería importar la nacionalidad de los miembros del BCE. No obstante, si no debería importar al Gobierno español, tampoco debería importar a los otros países. Argumentar la posesión de la calificación «AAA» en la deuda soberana para imponer un candidato de una determinada nacionalidad es como negar a un californiano (Estado de USA con dificultades financieras) el posible nombramiento en la Fed. Dependerá de que sea o no competente, no de dónde ha nacido o ejerza su profesión. Y estoy seguro de que en España hay candidatos con la suficiente calidad para suceder a González-Páramo.
Un último apunte. Lo grave es que el prestigio del Banco de España ha descendido tanto que puede manchar a todos nuestros expertos. Sería otra herencia del Gobierno de ZP: nombró a un Gobernador del órgano regulador de nuestro sector financiero sin consenso y con claro acento partidista. Aquellos barros traen estos lodos.

José Ramón Pin Arboledas
Profesor del IESE