Navarra

Presunción de inocencia

La Razón
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La clave para que la opción «B» de la izquierda abertzale resulte un éxito está en presentar nombres de gente suya, pero que nunca haya ocupado cargo público, ni formado parte de ninguna lista electoral, ni participado en unos comicios como apoderado o interventor, ni vinculado de manera alguna a cualquiera de las marcas de Batasuna o del entramado del MLNV.

Puede resultar difícil, pero no imposible, teniendo en cuenta los más de 100.000 seguidores que apoyan ese mundo. Si reúnen un número suficiente de individuos con esas características para presentarlos a las elecciones de las comunidades autónomas vasca y navarra, lo de menos será el formato que elijan. Pues aunque la Fiscalía y Abogacía del Estado impugnen las listas y las presenten ante la Justicia porque sospechan de su vinculación con Batasuna, los magistrados deberán hacer valer la presunción de inocencia que prima en un Estado de Derecho.

Es más, podrán elegir métodos distintos en Navarra, donde formarían una coalición electoral con EA, Alternatiba –una escisión de IU– y otras fuerzas soberanistas de izquierdas; mientras en la comunidad autónoma vasca podrían incrustarse en las listas de Eusko Alkartasuna.

Y es que en el primer caso se celebran elecciones autonómicas y en el segundo sólo municipales. Lo que sí parece descartado es que pueda presentarse con listas propias a no ser que el Tribunal Constitucional, actualmente de mayoría progresista, tramite a una velocidad de rayo el recurso de amparo que presumiblemente impondrá Sortu, y que le sea favorable.