Granada

La «revolución Fandi» sale a hombros en Pamplona

Dos orejas se llevó de calle El Fandi en el segundo. Es carne de San Fermín y no defraudó. Tiró de repertorio sin racanear: variedad con el capote, espectacularidad en banderillas y solvencia técnica con la muleta. Fue buen toro de El Pilar, de un conjunto de buena nota.

La «revolución Fandi» sale a hombros en Pamplona
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Volumen, trapío, fuerza y brío para embestir. Hubo toros. Empezando por el que abrió plaza, pero ése vendrá después. Al segundo le prologó la faena El Fandi en el centro del ruedo y de rodillas, hervían las peñas. Después optó el de Granada por torear con depurada técnica, dejando la muleta en el hocico e hilando así las arrancadas. Al guiso puso lo que faltaba para acabar de conquistar al sol: rodillazos y habilidad estoqueadora. Todo lo dio y las dos orejas se llevó de un toro que se dejó hacer a placer. Abierta estaba ya la puerta grande. La misma que le negaron el día anterior a El Juli con el doble de méritos. Incongruente decisión. Aun así salió El Fandi con los motores a mil en el quinto. Revolucionado. A seguir la conquista. Pero solo no se puede y el toro, esta vez, no quiso acompañarle. Descastado, renunció y El Fandi lo intentó. El triunfo lo tenía ya ganado en la otra mano.

El fuelle justo tuvo el primero pero intención de perseguir el engaño con largura y entrega por el izquierdo, también. Le tocó a El Cid. La ecuación a priori arrojaba resultados positivos: el de Salteras, el toro interesante por el pitón que da el dinero... Pero a los muletazos les faltaron continuidad. Un pase y se cortaba el ritmo, empezábamos de nuevo y entre tanto corte no hubo sinfonía.

Opciones tuvo también el cuarto y vimos al sevillano más entonado, enganchando al toro más por delante y queriendo rematar atrás. Se descompuso por momentos, se ensució y se encontró de nuevo justo antes de meter la espada a la primera. Buen toro. Interesante encierro. Faena de medio gas.

El mérito de Miguel Tendero con el tercero fue dejarle la muleta muerta en los ojos y sacarle al toro todo lo que tenía. Firmó una actuación seria a un toro manejable sin más. El sexto se movió, unas veces con más ímpetu que otras, pero la perfección no existe. La faena de Tendero anduvo determinada por los altibajos. A derechas anduvo más despejado y menos fino por la zurda. Entre unas cosas y otras, la cosa se acabó. Se acabó sin más. Y el de Granada, la revolución granadina a hombros por los cimientos de Pamplona. Buena corrida de El Pilar. Y van...