FC Barcelona

Espanyol

Otro manotazo del Barça

Nunca había marcado cinco goles en casa del máximo rival ciudadano, pero este equipo es el coleccionista de récords. Esta noche finiquitó el derbi que, a priori, se presentaba como el más igualado de los últimos años, con otra 'manita made in Barça', y pudo caer alguno más.

Él, pequeño y liviano, volaba. Los pesados Forlín y Víctor Ruiz daban largas zancadas para nada. Pedro se escapó con la pelota y superó a Kameni con un remate contundente. Así quedaba rota la presión «perica» y así comenzaba la polémica del derbi, ya que la jugada se desarrolló mientras Callejón estaba tumbado en el suelo. Más protestada todavía fue la acción que Xavi convirtió en el 0-2 tras numerosos remates y rechaces. Los españolistas pedían fuera de juego porque Alves estaba en el suelo y en la trayectoria de la pelota antes de que entrara en la portería. Todo fue rápido, difícil de ver.

Polémicas aparte, el Barcelona volvió a demostrar que es un espectáculo. El Espanyol planteó el partido desde la pasión, la intensidad y la presión. Y el líder de la Liga se puso a su altura. Si los jugadores azulgrana están mejor dotados técnicamente que el resto y encima corren lo mismo o más que el oponente, no parece fácil encontrar un camino para derribarlo. El esfuerzo colectivo es una de las claves del éxito del equipo de Guardiola. Cuando el encuentro requiere sudar, lo hacen todos, llámense Messi, Xavi o Villa. Y sobre todo si se llama Pedro. El canario no tiene precio y su capacidad física no tiene fin. Corre del minuto uno al noventa, recupera balones y encima marca. Los dos equipos apretaban arriba y fruto de esa presión llegaron las dos primeras ocasiones del Barça, sobre todo una de Messi que, incomprensiblemente, disparó por encima del larguero cuando no tenía ni la oposición de Kameni.

El Espanyol tuvo su primera opción de gol a los nueve segundos, en una entrada fulminante de Callejón por la izquierda que Osvaldo no llegó a rematar. El Barcelona tardó dos minutos en conseguir hacerse con la pelota, lo que es noticia y demuestra el mérito que tuvieron los blanquiazules. Otro ejemplo más es que Xavi acabara despejando un balón sin buscar a un compañero como hace siempre. Pero ni así pudieron evitar la goleada.

Contra rivales tan agresivos que van a buscar al Barça a su área, Busquets se convierte en una pieza fundamental. Se mete entre Piqué y Puyol para conseguir salir con la pelota controlada, para que el juego de combinación no se rompa desde el principio. El Espanyol presionaba y adelantó la defensa. En teoría es una de las maneras de hacer daño al Barcelona, pero todo tiene que salir perfecto y el cuerpo humano no lo es. El más mínimo fallo que permita al futbolista que tiene la pelota (sobre todo si el futbolista es Messi, Xavi o Iniesta) levantar la cabeza y pensar, se paga caro. Cualquier pérdida en zona peligrosa es letal. Hay muchos metros por detrás de la defensa y muchos pasillos que los pasadores pueden aprovechar. Por ahí empezó a romper el Barça el derbi con la «colada» de Pedro e incluso con el segundo tanto, que también llegó en una transición rápida.

El Espanyol mantuvo la idea tras el descanso, pero tomando menos precauciones. Las llegadas del Barça eran cada vez más claras cuando recuperaba un balón, hasta que Pedro marcó el tercero al aprovechar un rechace de Kameni. Otra vez se pegó una carrera de velocista para llegar.

Podía haber supuesto el final del conjunto «perico», pero el rápido tanto de Osvaldo le resucitó. Por momentos, el Espanyol hizo dudar al Barcelona, le molestó de verdad, pero era una ruleta rusa. O marcaban el segundo o «morían» en otra contra. Messi encontró el hueco y Villa ganó en el mano a mano a Kameni. Leo se quedó sin marcar, pero su participación fue decisiva. Por eso es el mejor. La acción la repitieron después Xavi y el propio «Guaje» para completar la «manita».