Marruecos

La varita de Rajoy

La Razón
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De la declaración institucional que leyó ayer Rajoy me quedo con tres frases: «No tengo una varita mágica», «Zapatero deja una herencia difícil de gestionar» y «lo peor es no hacer nada». No hacer nada es exactamente el programa político que nos ha regalado Zapatero para los próximos y cruciales tres meses que tardará en salir un Gobierno de las elecciones del 20-N. Cruciales porque nuestra economía va cuesta abajo y sin frenos. De lo que se trata es de que esa difícil herencia que Zapatero deja sea «más difícil todavía» de gestionar para Rajoy. De lo que se trata es de fastidiar hasta el último momento, de hacernos perder el mayor tiempo posible para que la situación empeore al máximo; de sacar de quicio y maniatar tanto a la oposición como a todos los españoles con ese absurdo plazo así como con esa estúpida alusión a la muerte de Franco que lleva implícita la fecha de los comicios y que puede tener varias interpretaciones, pero una inequívoca: tocarnos las narices hasta con la despedida. Al contrario que Zapatero, que presumía de tener una varita mágica cuyo último truco ha sido su propia desaparición, Rajoy dice que no tiene esa clase de artilugios. Pero algo tiene que es tan efectivo como la magia para superar la interminable carrera de obstáculos en su camino hacia La Moncloa. En los casi dos meses que quedan hasta las elecciones, vamos a ver de todo. Por parte de Rubalcaba, por parte de los indignados, por parte de ETA, por parte quizá hasta de Marruecos. Y vamos a ver el temple de este hombre que sí tiene una varita mágica aunque dice que no. Es en lo único que miente.