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Actualidad
Pau levantó la voz

MADRID- En el Staples Center de Los Ángeles todas las dianas se dirigían al número 16 de Gasol. Los Lakers estaban al borde de protagonizar su peor arranque en los últimos 33 años y las culpas tenían un solo destino, el pívot español. Pau, con molestias en el hombro derecho, respondió como acostumbra a hacer en los grandes momentos. Fue el mejor de su equipo en la victoria (96-71) ante los Jazz, la primera en un inicio de temporada convulso. Sus números y su presencia en la cancha reivindicaron a un jugador necesitado de silenciar a los que siguen apostando, que los hay, por su salida de los Lakers.
Los Lakers precisan triunfos como el logrado ante el equipo de Utah para acabar con la caótica situación que ha asolado a la franquicia en las últimas tres semanas. La no llegada de Chris Paul; la no salida de Pau Gasol; el regalo de Odom a Dallas; los trámites de divorcio de Kobe Bryant en una «operación» que le puede costar 180 millones de dólares; la lesión en los ligamentos de la muñeca derecha de Kobe; la eclosión de los Clippers, el tradicional vecino pobre; la presencia de Phil Jackson en la grada; dos derrotas para empezar, lo que suponía el peor arranque en diez años; tres partidos en tres noches consecutivas para un equipo ya veterano; los mensajes de una leyenda como Magic; las barbaridades de un rapero como Snoop Doggy Dog... Demasiados problemas y todos focalizados en la figura de Pau.
Días antes de arrancar la temporada, «Los Angeles Times» titulaba una entrevista a Gasol con un significativo «Una vez fue rey en los Lakers, ahora es sólo un peón». Actuaciones como la que cuajó ante los Jazz le convierten en un secundario de lujo. El escudero que permitió a Kobe enfundarse su cuarto y quinto anillo. Precisamente la estrella de los Lakers fue el primero en reconocer la exhibición: «Hemos crecido en la intensidad de nuestro juego y, además, Pau nos ha dado una gran ayuda con su actuación para encontrarnos más seguros en el campo». Kobe ofrece la clave para que los rumores sobre un posible traspaso pasen definitivamente a mejor vida. «Tienes que ser agresivo en ataque, asumir tiros y dar la sensación de poderío».
Pau fue tan importante en el aro rival como en su propia zona. No necesitó acaparar muchos tiros –lanzó 11 veces–, pero fue el jugador que más veces acudió (12) a la línea de personal. En defensa colocó cinco tapones, uno menos que todo el equipo rival. Sus gestos durante el partido, la felicitación de sus compañeros y del cuerpo técnico y la ovación del Staples al final pueden suponer un punto de inflexión en el arranque más complicado de Pau.
Ricky es feliz, aunque todavía no sabe lo que es ganar. Su primer partido como visitante fue en Milwaukee y su prestación fue muy similar a la del estreno ante Oklahoma. Ayudó en todos los apartados del juego, pero en la jugada decisiva, su técnico, Porter, que sustituyó a Rick Adelman por problemas familiares, lo dejó en el banquillo. Los Wolves fueron incapaces de forzar la prórroga (98-95).
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