ETA
Las trampas de ETA
No hay que caer en las trampas de la banda terrorista. No se puede negociar porque sería darle esperanzas de que con el chantaje y la violencia puede conseguir sus objetivos. No se puede admitir que se presente a las elecciones porque sería otorgarle una legitimidad que ni tiene ni puede tener. La única negociación posible es la fecha en que entrega las armas, se rinde y sus miembros asumen las responsabilidades penales por los delitos cometidos. Por ello, no hay que caer en las trampas habituales o hacer caso a unos mediadores, que son profesionales afines a la izquierda abertzale, que nada tienen que mediar. Hay que mantener la actual política antiterrorista basada en la acción policial, la presión internacional y la actuación judicial. Es la fórmula que ha permitido que la banda criminal deje de aterrorizar como lo hacía años atrás. No hay una salida mágica fuera de ese cauce que permita acabar con ETA desde el respeto al ordenamiento constitucional. Es positiva la total coincidencia entre el Gobierno y el PP.