África

Elecciones en Holanda

Los islamistas suavizan su discurso

Los vencedores de las elecciones marroquíes han moderado su imagen para ganar votos y ahuyentar los temores internacionales

El líder del partido islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) Abdelilah Benkiran
El líder del partido islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) Abdelilah Benkiranlarazon

La aritmética electoral está clara ya. El Partido Justicia y Desarrollo (PJD) podrá gobernar con una amplia mayoría de 224 diputados respaldándolo si alcanza un acuerdo con la Kutla –la alianza de Istiqlal, USFP y PPS, que hasta ahora ha respaldado al Gobierno del primer ministro, Abas El Fasi–. Tras conocerse anoche los resultados de las listas de mujeres y jóvenes, se confirmó que los islamistas han dado un espectacular salto adelante (han sobrepasado el doble de los escaños que tenían hasta ahora: de 46 a 107) y se han situado como la fuerza política imprescindible.

Los nacionalistas de Istiqlal han ganado seis escaños (hasta 60), mientras UFSP y PPS mantienen, respectivamente, 39 y 18. Todo ello con una salvedad: el Parlamento actual aumenta en 70 su número de diputados, así que se puede decir que de esos 75 nuevos escaños el PJD se adjudica la mayor parte, 58, si se hace una simple operación matemática. De la lista de mujeres, han logrado 16 (26%) y de la de jóvenes, 8 (27%).

Pero eso es pura álgebra. Ahora llega la hora de negociar y, aunque está fuera de cualquier discusión de que de las filas del PJD saldrá el futuro presidente del Gobierno, puede que no sea tan sencillo llegar a un acuerdo que muchos aquí consideran contra natura: socialistas (USFP), comunistas (PPS) y nacionalistas (Istiqlal) apoyando a un Gobierno presidido por un islamista cuyo partido ha moderado su discurso para instalarse en lo que aquí se intenta describir como un émulo de democracia cristiana a lo árabe.

Y entre esos disconformes ya hay algunos miembros precisamente de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, que en estos comicios ha podido a duras penas mantener los 38 diputados que obtuvo en 2007. Sin la USFP, los islamistas difícilmente podrán formar un Gobierno estable, aunque cuenten como es previsible con el apoyo de los 58 diputados que, anoche se adjudicaron a Istiqlal. En todo caso, y según los datos, todavía no definitivos (faltan algunos escaños por adjudicar), facilitados a última hora de la tarde por el Ministerio del Interior, el triunfo del PJD es inapelable e histórico. En un sistema electoral tan atomizado como el marroquí, los 104 diputados obtenidos por los islamistas de Abdelilah Benkirane dejan bien claro cuál es el partido que domina la escena marroquí en estos momentos.

Entretanto, la calle sigue gritando «mamfakinch» («esto no va a quedar así» en árabe), mientras los políticos se preparan para formar el nuevo Gobierno del reino alauí. Nada ha cambiado para los integrantes del Movimiento 20 de Febrero, que ayer, al mismo tiempo que se daban a conocer los resultados definitivos de las elecciones legislativas marroquíes, volvían a tomar la céntrica avenida Mohamed V para manifestarse ante el Parlamento. «No nos creemos que haya habido una participación del 45%», aseguraba a LA RAZÓN Munir, un activista del 20-F ataviado con un casco de motorista, una visera y una espada de cartón, como si fuera un represor policial de los que se despliegan para evitar que los concentrados se acerquen demasiado a la sede legislativa.

Pero, salvo él y su disfraz, ni rastro de los verdaderos antidisturbios, que llegaron mucho más tarde y no tuvieron que hacer ningún esfuerzo para controlar una marcha totalmente pacífica. Bien es verdad que esta manifestación no alcanzó el nivel de las anteriores –apenas sumó a medio millar de personas– a pesar de que sus organizadores señalaban que podrían llegar a 3.000.

Más curioso es que muchos de los más significados activistas del movimiento no estaban ayer en la marcha, en la que sí se notó la presencia de los islamistas de Justicia y Caridad, la ilegalizada, pero tolerada formación fundada por el jeque Yasin. Ellos dieron la nota más disciplinada, que iba en la segunda parte de la manifestación: hombres por un lado, mujeres con hiyab –algunas, pocas, con burka– por otro. Nada nuevo bajo el sol. Aunque todo depende de quién, cómo y cuánto tarde en formarse el próximo Gobierno y de cuáles sean sus primeros pasos. Si los políticos marroquíes reaccionan con rapidez y son capaces de formar un Gobierno en pocas semanas, es posible que el reino magrebí se encamine a superar con nota, y sin mayores sobresaltos, su particular Primavera Árabe.


Contactos con el PP
El PJD no quiere perder tiempo tampoco en su política exterior y se apresta, en los próximos días si no lo ha hecho ya, a establecer contactos con el PP, como confirmaron a LA RAZÓN. El propio secretario general confirmó su deseo de mantener «la mejor relación posible» con las autoridades españolas.