París

París «apoyó» el ataque a Al Qaida

Del silencio a la confesión. Las autoridades francesas admitieron ayer su participación en una operación contra Al Qaida en Mali, aunque sin reconocer que el objetivo era liberar al rehén galo secuestrado en Mali.

PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICO
PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICOlarazon

En un comunicado tan ambiguo como comedido, el ministerio galo de Defensa se avino finalmente a confirmar que una dotación de sus hombres dio un «apoyo técnico y logístico» a la incursión desarrollada por el Ejército mauritano en la madrugada del jueves en un área desértica del norte de Mali destinada a «prevenir un ataque de Aqmi contra Mauritania». Y esto en virtud del «respaldo que Francia aporta a los países de la región en la lucha contra el terrorismo». Según la nota, la intervención militar aérea habría permitido «neutralizar al grupo de terroristas y abortar un intento de atentado contra intereses mauritanos» que los responsables de aquel país aseguraron se hubiera producido el próximo 28 de julio sin ofrecer más detalles sobre el ataque. Oficialmente, se trataría de una operación preventiva más que de una tentativa de liberación por la fuerza. Sin embargo, París reconoce en ese documento que la célula contra la que se dirigían es la misma que tiene entre sus manos a su compatriota, el cooperante Michel Germaneau, del que este grupo, responsable de la muerte hace un año de un rehén británico, «se niega a dar pruebas de vida así como entablar el diálogo para su puesta en libertad». Al contrario, amenazan con ejecutar al ciudadano galo pasado mañana si el Estado francés no consigue antes la excarcelación de algunos de sus correligionarios terroristas prisioneros en la zona. Oficiosamente, la intervención mauritano-francesa en el Sahel, escenario de operaciones de Aqmi, pretendía según un negociador malí, mediador en varios secuestros de europeos, rescatar a Germaneau. Este ingeniero jubilado, de 78 años, fue capturado el 19 de abril en la frontera de Níger por el mismo grupo que mantiene en cautiverio desde hace ocho meses en el norte de Mali a los dos cooperantes españoles, Albert Vilalta y Roque Pascual. El temor por la ejecución de su compatriota explicaría la timorata reacción de Francia.