Suecia

En manos de la derecha xenófoba

Los socialdemócratas obtienen el peor resultado de su historia, pero se mantienen como el partido más votado.

En manos de la derecha xenófoba
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Una victoria agridulce. La Alianza conservadora del primer ministro sueco, Fredrick Reinfeldt, ganó las elecciones celebradas ayer, pero perdió la mayoría absoluta de la que disfrutaba en el Parlamento (Riksdag). Escrutado el 99% de las papeletas, el centro derecha suma el 49,3% de los votos, frente al 43,5% de la oposición «rojiverde». Asimismo, como anticipaban las encuestas, el partido xenófobo Demócratas de Suecia (SD) logró entrar por primera vez en el Parlamento al obtener el 5,8%.

Precisamente, la irrupción del SD oscurece el histórico triunfo de Reinfeldt, que ha logrado romper la eterna maldición de la derecha sueca. Hasta ayer, ningún Gobierno conservador había logrado ser reelegido en un país dominado por el omnipresente Partido Socialdemócrata, que ha gobernado 63 de los últimos 80 años.

Tradicionalmente, los conservadores llegaban al poder en periodos de crisis económica en los que se veían obligados a tomar impopulares medidas. En cambio, el actual Gobierno presentaba como principales bazas electorales la recuperación económica y la bajada de impuestos. La economía sueca concluirá 2010 con un crecimiento del 4,5%, uno de los más altos de la UE.

Por su parte, la gran derrotada de la jornada fue la coalición «rojiverde» y su líder, la socialdemócrata Mona Sahlin, que ha perdido un 2,6% de votos con respecto a las elecciones de 2006. El sueño de Sahlin de convertirse en la primera mujer en encabezar un Gobierno en Suecia se ha visto frustrado ante la incapacidad de la izquierda de mostrar al electorado un programa netamente diferente al del Gobierno.

Los socialdemócratas, que acudían por primera vez en coalición con otros partidos, ven con impotencia cómo su principal logro y estandarte, el Estado de bienestar, ya ha sido asumido en su discurso por la derecha como algo inherente a la identidad del país. El Partido Socialdemócrata se mantiene como el partido más votado del país (30,1%), pero cosecha su peor resultado en un siglo.

A pesar de las dudas sobre su continuidad al frente del partido, la líder socialdemócrata prometió anoche seguir luchando y, pese a admitir el mal resultado, incidió en que habían sido «unas elecciones sin ganador».

Con todo, el gran triunfador de la noche fue el líder de SD, Jimmie Akesson, quien señaló ante sus partidarios que el partido escribió «historia política», pese a la «censura y el boicot de los medios», y destacó que tiene cuatro años por delante para influir en la política sueca. Su entrada en el Parlamento marca el regreso de la ultraderecha, tras un paso fugaz de tres años a principios de los noventa, representada entonces por la formación Nueva Democracia.

Sin embargo, los deseos de influir en el futuro Gobierno se enfrentan con el unánime rechazo que la formación xenófoba despierta entre los partidos tradicionales. Tanto la izquierda como la derecha manifestaron durante la campaña electoral su rechazo a pactar con DS, lo que abriría la puerta a inusuales coaliciones para gobernar.

Tras conocer los resultados, Reinfeldt invitó al Partido del Medio Ambiente a sumarse al Gobierno. Desde la sede de su partido, aseguró que «el resultado electoral aún no es seguro. Pero la alternativa más votada debe seguir gobernando Suecia, y ésa es la Alianza».