España

Volver a la peseta por Carmen Gurruchaga

La Razón
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Son muchos los españoles que están de acuerdo con la propuesta de volver a la peseta hecha ayer por Llamazares. Y es que las vísceras incitan a pegar un corte de mangas a la señora Merkel y decirle: «Ahí se quede usted con su euro, pero a nuestra costa no va a seguir enriqueciéndose su país como si fuéramos enemigos». Pero en la vida debe imponerse la razón, por lo que quizás esa no es la opción más razonable, aunque sí la que le pide el cuerpo a muchos españoles. Porque si todo el mundo, incluida Finlandia, reconoce que España ha hecho los deberes, no se entiende que la señora Merkel obligue a Draghi a imponer determinadas condiciones antes de ayudar a que España e Italia puedan financiarse a un interés más razonable. En cualquier caso, se impone seguir el consejo jesuítico de San Ignacio de Loyola y no tomar decisiones importantes en momentos de acaloramiento. En este sentido, tiene razón Rajoy cuando con calma total asegura que, en primer lugar, prefiere escuchar la propuesta del BCE y después hacer «lo que convenga a los intereses generales de los españoles». Independientemente de acudir o no al mecanismo de ayuda europeo, España deberá seguir recortando gasto e intentando ajustar los gastos a los ingresos. Y a decir verdad, el Gobierno no ha dejado de trabajar en este sentido desde que aprobó la Ley de Estabilidad Presupuestaria, los Presupuestos Generales del Estado, la reforma laboral; o adoptó decisiones en el ámbito sanitario, educativo, etcétera.
Unas medidas nada amables e impopulares, pero imprescindibles para estabilizar las cuentas y ganar credibilidad. Ahora toca que la zona euro avance de verdad hacia la unión fiscal y financiera e implemente de una vez los acuerdos adoptados en la cumbre europea de junio.