Bruselas

Gibraltar también planta cara a España

El anuncio del ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, de que suspende «sine die» las dos reuniones previstas para esta semana con España (en Algeciras y Madrid) sobre cooperación policial y marítima tras los últimos choques en las aguas que rodean al Peñón no ha debido coger a nadie desprevenido.

Caruana suspende la reunión con España tras los incidentes con la Guardia Civil
Caruana suspende la reunión con España tras los incidentes con la Guardia Civillarazon

Al último encontronazo grave en aguas españolas el pasado 28 de septiembre, siguió un duro comunicado de Caruana en el que tachaba de «abusivo» el comportamiento de la Benemérita y amenazaba claramente la buena marcha del Foro Tripartito que debe reunir antes de que acabe el año a autoridades del Peñón, Gran Bretaña y España.

La primera medida «correctiva» llegó ayer con la anulación de las dos reuniones, pero en el Ministerio de Asuntos Exteriores declararon a este periódico que las razones son «técnicas» y la decisión de suspender ambas citas es «bilateral». De hecho, desde Bruselas el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fue más allá y se mostró convencido de que el diálogo tripartito continuará de todas formas tras una breve charla con su homólogo inglés, William Hague. Moratinos hizo estas declaraciones poco antes de que comenzara la intervención televisiva de Caruana, en la que retó al jefe de la Diplomacia española a llevar el litigio por la soberanía de las aguas que rodean al Peñón a la Corte Internacional de Justicia.
En un mensaje televisado, Caruana señaló que «si el señor Moratinos está convencido de que, según la ley internacional, las aguas que rodean a Gibraltar no son británicas, entonces no tiene nada que perder y todo que ganar».

«Salida de tono»

La reacción española que siguió al órdago del ministro principal para Gibraltar siguió siendo tibia aunque fuentes diplomáticas señalaron a LA RAZÓN que el Foro Tripartito no es, en ningún caso, el marco adecuado para tratar las reivindicaciones soberanistas británicas, un asunto meramente «bilateral». «España lamenta cualquier intento de introducir cuestiones de soberanía en un foro creado en 2004 exclusivamente para asuntos de cooperación», continuaron, antes de asegurar que peligra el «consenso que dio origen al proceso».

El diputado nacional del PP por la provincia de Cádiz José Ignacio Landaluce pidió ayer al Gobierno que dé una respuesta ante lo que consideró como «una salida de tono» de Caruana, y añadió que «el silencio sería la peor de las contestaciones a estas salidas de tono». En un comunicado, Landaluce señaló que en un marco tripartito «resulta del todo incomprensible que sea el supuestamente más débil el que venga marcando la pauta» y añadió que «España, en lugar de asumir su responsabilidad como principal afectada por la política expansionista de la Colonia que, evidentemente, cuenta con el respaldo de Reino Unido, se está convirtiendo en un títere bailando al son que marca Gibraltar».

Lo cierto es que ya han pasado casi dos años desde que comenzó el acoso policial de embarcaciones gibraltareñas (respaldadas por la Royal Navy) a las patrulleras de la Guardia Civil y nadie ha querido solucionar el asunto pese a las reiteradas denuncias de la Benemérita. Londres considera suyas las tres millas náuticas que rodean el Peñón y que están bajo soberanía española desde la firma del Tratado de Utrecht de 1713.