La última pieza de la mafia

MADRID- Para hacerse con el control de la noche en una ciudad como Madrid no vale cualquiera. Se requiere de visión de negocio, saber cómo y cuándo mover la droga y la gente que trabaje para ti, extorsionar a nuevos empresarios, encargar palizas a «pardillos» que quieren escalar rápido en el mundillo y, sobre todo, saber blanquear el dinero. El negocio traspasa fronteras y hay muchas familias que viven de ello. Pero lo más complicado de todo es, lógicamente, mantener la habilidad de hacer todo esto durante el mayor tiempo posible. Porque, al final, te acaban pillando. Sobre todo cuando no hay un claro dueño de la noche y dos bandas se disputan el primer puesto. Entonces es cuando vienen el «todo vale», las palizas, los asesinatos y todo acaba saliendo del oscuro submundo en el que permaneció durante años. Eso fue lo que ocurrió hace casi tres años. La muerte de Catalin Stefan en enero de 2009 abrió la caja de pandora. «Cata», un hombre de «Ivo el búlgaro» (una de las mafias) y portero de la discoteca Heaven, fue asesinado por la banda rival «Los Miami». La Policía comenzó a tirar de la manta y de allí salió de todo.

En la trama había empresarios, abogados, jueces, políticos, narcotraficantes, boxeadores y una enorme cantera de jóvenes de gimnasio dispuestos a dar palizas por dinero. La Policía Nacional da a estos clanes por terminados y la investigación judicial suma ya 190.000 folios.
La noche madrileña más cruda se ha quedado sin amo. El contador ya se ha puesto a cero y uno a quien llaman «el Valenciano» va encabezando el ránking para ser el nuevo «jefe». Tejer la complicada tela de araña para tenerlo todo controlado es una tarea de años y no se lo pondrán fácil.