Marta Robles

Tendencias sexuales

La Razón
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Ahora que David Testo, el que fuera centrocampista del Montreal Impact y Vancouver Whitecaps, de la «Major Soccer League», ha sido el primer jugador estadounidense en reconocer públicamente que es gay, una se echa a temblar pensando en los que comenzarán a salir del armario deportivo en los próximos tiempos, o quien sabe si en los inmediatos.

No es que este futbolista haya sido el único en su género. Al menos recuerdo otro par de balompedistas, uno inglés, hace 21 años, llamado Justin Fashanu –se suicidó en 1998. Fue el primer jugador negro que cobró un millón de libras– y el sueco Anton Hysén, además de la tenista Martina Navratilova, y algún campeón de salto de trampolín cuyo nombre he olvidado... Pero ahí se acababan hasta el momento –seguramente con alguna otra excepción– las confesiones sobre las tendencias sexuales deportivas.

 Y a mí me bastaba. Mejor dicho, me sobraba. Quiero decir que si yo no voy contándole a nadie lo que me gusta o no en la cama, ¿por qué me lo tienen que narrar los demás? Tan normales me parecen los heterosexuales como los homosexuales; pero, precisamente por eso, por favor, ¡que no me describan sus actividades, que no necesito detalles en ningún caso!

Porque parece que reconocer la condición de gay en el mundo del fútbol, bastante machista por otra parte, es una proeza, pero creo que, simplemente, está fuera de lugar. ¿ O acaso es que el que es gay por serlo, pretende que se le dé un tratamiento distinto o que tras reconocerlo se le trate con menos rudeza?

Ya conozco, sin pretenderlo, la condición sexual de la mayor parte los presentadores de televisión… No me cuenten la de los deportistas, por favor, que, como tampoco me pienso acostar con ellos, no me interesa...