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El Barça gana la Liga de los récords

El Barcelona vence al Valladolid y se lleva una Liga para la que ha necesitado sumar 99 puntos

PEDRO estuvo ayer en las jugadas decisivas
PEDRO estuvo ayer en las jugadas decisivaslarazon

Diez minutos tontos, de miedo, de tensión, de pesadez en las piernas por todo lo que había en juego, porque el título estaba ahí, pero no se podía tocar hasta que llegara el último triunfo. Puyol pedía ánimo a los aficionados y se lo daba a sus compañeros. Puyol, el eterno, otra vez héroe con una pierna milagrosa, cuando el balón rematado por Manucho ya iba dentro, en esos diez minutos tontos. Puyol, el profesional, el que aparece en los momentos difíciles, el capitán que ha firmado una temporada de diez y que vuelve a saber lo que es ganar una Liga. Porque después del miedo llegó la alegría, llegó Messi con sus goles, y Pedro, el éxito, el triunfo necesario ante el Valladolid para ganar la Liga y para acabar con la implacable persecución del Real Madrid. Tanto se han exigido los dos «grandes» de España que han sido necesarios 99 puntos para ganar. Una trayectoria casi perfecta, con sólo una derrota, la habitual en el Vicente Calderón, para un campeón histórico porque se han batido todos los récords. Hace unos años, años oscuros en el Barça con Gaspart en la presidencia, decían que Puyol se iba a retirar sin ganar ningún título. Pues ya lleva cuatro Ligas, además de dos Copas de Europa y unos cuantos triunfos más.Dos Ligas lleva Pedrito, o Pedro, el último ídolo del barcelonismo. Las dos en las que Guardiola ha estado en el banquillo, esta última como uno de los actores principales. Y el premio a su esfuerzo llegó en el partido definitivo, en el que estuvo en las jugadas decisivas. Primero propició el gol en propia puerta de Luis Prieto. El defensa del Valladolid se movió entre la mala suerte y la torpeza. Poco después, el canterano resolvió un mano a mano con Jacobo. Chutó suave, con la derecha, por debajo de las piernas del portero.Todo eso llegó tras la tensión inicial. Clemente lo tenía claro. Intentó la «mourinhada», jugar a defender y a esperar el milagro, pero se encontró con un rival menos decidido de lo que pudiera parecer. Casi por obligación se vio «condenado» a llevar la iniciativa. Tuvo el balón y tuvo las ocasiones. Valdés, en su mejor curso, se guardó para el duelo definitivo el peor error. Un mal control en el área pequeña permitió a Manucho rematar a placer, pero Puyol apareció como un relámpago para evitar el tanto. Una indecisión entre Piqué y Valdés acabó en córner. Hasta tres saques de esquina lanzó el Valladolid en el comienzo. El Barça no funcionaba, no carburaba, no encontraba el pase ni su juego. Pero los ánimos se fueron serenando. Pasado el trauma inicial, llegó la calma. El equipo azulgrana recuperó el fútbol y comenzó a arrinconar al Valladolid. Justo lo que se esperaba que iba a suceder desde el principio.Un tiro lejano de Keita y otro de Touré levantaron el ánimo del público y las ocasiones empezaron a sucederse, una tras otra. Bojan la tuvo, después Messi buscó otra vez la jugada de Maradona, la fuerza de Touré le llevaba a superar rivales y a llegar hasta el área contraria, Alves comenzaba a ser un incordio por la derecha... Pero fue Pedro el que llevó al Camp Nou el grito de «campeones, campeones», un sonido que acompañaría al partido durante toda la tarde.El Barcelona ya era el dueño del encuentro y de la fiesta en la que se convirtió. Comenzó a dominar la pelota, a pasársela con tranquilidad, deseando que el tiempo pasara cuando antes para estallar con el pitido final. Messi siguió ampliando su leyenda con otros dos goles, uno tras otra excepcional jugada de Touré Yaya y otro después de uno de sus eslalons. Ha marcado 34 en Liga, los mismos que logró Ronaldo en el año en el que jugó en el Barcelona, más que ningún otro azulgrana en la historia.Guardiola le dio minutos a Henry y a Ibrahimovic, otra vez condenado al banquillo para que jugara Bojan. Había aplausos para todos, sobre todo para Andrés Iniesta, que también tuvo cinco minutos de gloria.Los jugadores que estaban en la grada, los lesionados y los que se quedaron fuera de la convocatoria, ya no aguantaban. Bajaron al banquillo y se pusieron la camiseta azulgrana para empezar la celebración. Pérez Lasa pitó el final y todo el equipo saltó al césped para celebrarlo, para abrazarse y saltar y gozar. Guardiola cerró los puños y después se fue a dar un abrazo a Javier Clemente, a consolarlo porque su triunfo, su alegría, mandaba al Valladolid a Segunda División. Más tarde se unió al resto. Su segundo año al frente del equipo también terminó de forma triunfal

El año de PedroPedro ha sido la gran revelación del Barcelona en un año que difícilmente podrá olvidar. El canterano pudo irse cedido en verano, pero Guardiola insistió en que se quedara. Primero le dio la titularidad en lugar de Henry, y el canario ha respondido con su trabajo y sus goles. Hizo historia al convertirse en el único jugador capaz de hacer gol en todas las competiciones. Ha marcado además en las «plazas» como el Bernabéu o San Siro. El colofón llegó con el tanto que sumó ayer.