Alimentación

Pollo con arroz azafranado de «la Isabelona» glotona

Desde su infancia, Isabel II, «la Isabelona», fue extraordinariamente comilona y casi patológicamente golosa. Apasionada del chocolate, del que tomaba tazas sin tino, se lo hacía servir con picatostes, mojicones, galletas, buñuelos y toda una nutrida gama de dulces.

 
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El cúlmen de sus aficiones gastronómicas fue el pollo con arroz azafranado, del que presumía haber comido cinco platos de una sentada. Pero también le chiflaban los callos, la paella, el cocido, el bacalao con tomate, las albóndigas, las croquetas, los embutidos, la mojama, las gachas saladas y las dulces puches, el jamón de Trévelez y el arroz con leche. Extendiendo sus apetencias más allá de lo nacional, Carlos Marfiori, hijo de un gran cocinero italiano y uno de sus amantes más duraderos, la introdujo en los goces de la pasta y de los embutidos transalpinos.


La receta
Ingredientes


1 pollo
¼ de kilo de arroz
300 g de guisantes
75 g de manteca de cerdo
75 g de tocino entreverado
1 hoja de laurel
1 hebra de azafrán
1 rama de perejil
Sal al gusto
Pimienta al gusto

Preparación
1- Se trocea el pollo y con los despojos se hace un caldo dejándolos cocer durante una hora en una cacerola a con agua y una hoja de laurel.
2- Aparte, se prepara otra cacerola con la mantequilla y tocino partido en trocitos y cuando la mantequilla se haya derretido y el tocino haya tomado color, se le añade el pollo troceado y limpio. Luego se fríe todo hasta que quede bien dorado y, a continuación, se le añaden los guisantes y se deja cocer a fuego medio para que no se queme.
3- Aparte, en una sartén pequeña se tuesta el azafrán y se deslíe en un poco de caldo. A continuación se pone esto en la cacerola con el pollo y se añade un litro de caldo salpimentado. Cuando empiece a hervir, se le agrega el arroz y se deja cocer todo durante unos 20 minutos.
4- Cuando esté hecho, dejar reposar durante 10 minutos y servir en platos individuales adornados con el perejil.

Aporta proteínas y protege la piel
La carne de pollo es una de las más magras que se pueden cocinar y su contenido graso se puede obviar retirándole la piel. Su aporte proteico es sustancial y similar al de la carne roja. Además, en su composición y valor nutricional destaca el ácido fólico, elemento decisivo durante el embarazo y precursor de los glóbulos rojos y vitamina B3, que ayuda a bajar el colesterol y contribuye al buen funcionamiento hepático. Entre los minerales, destaca su buena dosis de fósforo, así como de potasio. Por otra parte, los menudillos de pollo, aunque fuente de colesterol, son muy generosos en proteínas y también en vitamina B12, indispensable para la formación y conservación de los tejidos, mientras que el arroz proporciona energía.