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Italia
Fini retira a sus ministros del Gobierno
«Il Cavaliere» quiere convocar elecciones sólo para la Cámara Baja y no para el Senado, donde todavía goza de mayoría.
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Tras pedir su dimisión y votar contra su Gobierno en tres ocasiones en la Cámara de los Diputados, ayer llegó el último golpe de Gianfranco Fini a su ex aliado, Silvio Berlusconi. El líder del nuevo partido, Futuro y Libertad para Italia (FLI), ordenó a los cuatro miembros de su formación que tenían responsabilidades en el Ejecutivo que abandonaran sus cargos. La salida de un ministro, un viceministro y dos subsecretarios, unida a la pérdida de la mayoría en la Cámara Baja, coloca a «Il Cavaliere» entre la espada y la pared: debe negociar un pacto con FLI o con otro partido para formar un nuevo Gobierno o jugársela convocando elecciones anticipadas.
Este segundo escenario ya ha sido planteado por el propio primer ministro, aunque haciéndolo pasar por el filtro de sus intereses. Si, como parece, la crisis política no se arregla y resulta imposible un nuevo acuerdo con Fini, Berlusconi está dispuesto a ir a las urnas, pero sólo para renovar la Cámara de los Diputados. Para el Senado, donde todavía conserva la mayoría, no habría elecciones. Estos particulares comicios serían una nueva interpretación torticera de la ley por parte de «Il Cavaliere» para obtener un beneficio propio. Sin embargo, para Maurizio Gasparri, presidente del grupo de senadores del partido de Berlusconi, la Constitución permitiría la disolución de una sola de las cámaras, por lo que no se incurriría en ninguna irregularidad.
La salida de los hombres de Fini del Gobierno fue muy criticada por los que hasta ayer eran sus compañeros de Gabinete. «Se ha consumado la traición», afirmó Maurizio Sacconi, ministro del Bienestar, quien anunció que en esta «difícil fase» de la crisis política sólo debe haber una regla: «O Berlusconi o elecciones».
Respuesta de Fini
Como respuesta, Fini plantea ya con quién iría de la mano en el más que probable caso de que se celebren comicios anticipados. Lideraría una alianza de partidos de centro derecha anti berlusconianos, una alternativa para los electores insólita desde que «Il Cavaliere» desembarcó en la política italiana hace más de quince años. Junto a Fini se presentarían los democristianos de la UDC, liderados por Pierferdinando Casini; la pequeña formación de Francesco Rutelli, API, escindida del Partido Democrático, y los regionalistas del sur de la MPA.
La izquierda tiene miedo a las urnas
El Partido Democrático (PD), la principal formación de la oposición italiana, tiene miedo a las elecciones. Aunque la pelea entre Berlusconi y Fini, en teoría, abriría un escenario muy beneficioso para sus intereses en las urnas, sus líderes siguen empeñados en emponzoñar su imagen ante los votantes con su continua crisis de identidad. Todavía no sabe la cúpula del PD cómo presentarse a los comicios: en solitario, junto a Italia de los Valores y la izquierda radical o incluso en una imposible coalición con Fini. Olvidada ya casi su vocación de partido mayoritario, temen que la política de alianzas acabe minimizando aún más al partido.
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