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Valencia
Engañados por el negocio de las médulas
Donantes españoles que participaron en la campaña de la polémica fundación alemana DKMS aseguran que quieren darse de baja
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MADRID- Algunos ya habían mostrado su rechazo en redes sociales como Twitter; otros han preferido ponerse en contacto directamente con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Todos con un mensaje en común: se sienten decepcionados con la actuación en España de la fundación DKMS. Este grupo alemán, que aterrizó en octubre en nuestro país con el objetivo de captar donantes de médula ósea, ha despertado las sospechas de la ONT, dependiente del Ministerio de Sanidad, que califica sus actuaciones de «ilegales». ¿Los motivos? No han pedido permisos ni al Ministerio, ni a la ONT ni a las comunidades autónomas para trabajar en suelo español; han sacado fuera del país muestras biológicas de donantes potenciales; tras realizar un llamamiento de donantes para Hugo Pérez, un avilesino que padece leucemia, DKMS ha creado su propio registro de donantes españoles, compuesto por 1.204 miembros; y, por este motivo, la Red de Donantes de Médula Ósea (Redmo) debería pagar alrededor de 14.500 euros por cada médula que fuera compatible con un paciente español, cuando sería gratuito en el caso de que el donante perteneciera al listado español. La ministra de Sanidad, Ana Mato, ha sido rotunda al respecto: «No se pondrá precio a la solidaridad».
Jenifer de la Rosa, vallisoletana de 26 años y residente en Valencia, conoció el caso del avilesino Hugo Pérez a través de la red social Erasmoos, en la que se abrió una cuenta en su época de estudiante. «Recibí un boletín digital en el que pedían donantes de médula. Me pareció una buena iniciativa y accedí a la web de DKMS. Al principio, vi que tenían la sede en Alemania y me extrañó, pero decidí enviarles mis datos para incluirlos en la base de datos», explica. Jenifer, donante de sangre y órganos, recibió la documentación y al leerla «me di cuenta de que la empresa era de Alemania y que era el banco de médula ósea más grande de Europa. Enseguida pensé que se trataba de un organismo europeo, por lo que no desconfié. En medio de todo esto ha saltado la polémica y ya no voy a hacerlo porque nadie me había explicado que DKMS estaba incumpliendo la ley».
Serias dudas
La polémica no va a frenar el espíritu solidario de Jenifer, que se va a informar de cómo puede hacerse donante de médula en España: «Me he sentido engañada. A partir de ahora voy a ir con más cuidado, pero seguiré adelante porque donar no cuesta nada y puede salvar vidas. Creo que las donaciones deben ser gestionadas por cada país y de forma pública».
LA RAZÓN se puso en contacto con otro de los donantes de Avilés, que en este caso prefiere guardar su anonimato. «Participé por un impulso solidario. Todo muy bien organizado y explicado. Nada que objetar», explica. Sin embargo, las declaraciones de la ONT le han hecho «albergar serias dudas sobre los objetivos últimos de DKMS y su manera de actuar en España». Por eso, «ante la duda», y como «firme defensor» de la Sanidad Pública, este donante solicitó darse de baja de los registros de la fundación alemana. En este sentido, dice, el comportamiento de DKMS ha sido «irreprochable»: en menos de una hora le contestaron para decirle que no había inconveniente, que sería eliminado de sus registros y que le serían enviadas por correo las muestras del tipaje –el grupo pide a través de su web muestras de saliva a los donantes potenciales–.
Mientras, Manuel Haj-Saleh, antiguo residente en Madrid y ahora afincado en Alemania, explica que, cuando vivía en nuestro país, estaba inscrito en el Redmo. Cuando se trasladó a Alemania en 2008, desde el Redmo le recomendaron que se inscribiera en DKMS, pues lo preferible es que «cada donante pertenezca al listado del país en el que vive».
«Seguimos adelante»
Manuel no tiene pensado darse de baja del registro alemán, pues «es la única posibilidad que tengo de ser donante», pero cree que, al interferir con el registro español, «la política de DKMS ha sido mala y poco elegante». Ahora bien, también cree que «las campañas del Redmo deberían ser más activas para llegar a más gente. ¡Muy pocos saben que pueden ser donantes de médula!».
Pese a todo, fuentes de DKMS España insisten en que «por el momento, no tenemos casos de gente que quiera abandonar nuestros registros. Siendo honestos, tenemos confianza en que seguiremos adelante. Estamos dispuestos a un encuentro con Ana Mato para encontrar la manera de trabajar juntos».
El donante «fantasma» que no apareció
Tarde o temprano tenía que pasar. Desatada ya la polémica, la Fundación José Carreras detectó que uno de los 1.204 donantes de médula de DKMS España era compatible con un enfermo español de leucemia. Así, la ONT explica que dio la orden de pagar los 14.000 euros correspondientes que reclamaba el grupo alemán. Sin embargo, afirman fuentes de la ONT, cuando se solicitó esa médula, DKMS respondió que «temporalmente no estaba disponible». La Red Española de Donantes de Médula Ósea preguntó al grupo alemán sobre los motivos. La ONT asegura que todavía está esperando una respuesta.
Jenifer de la Rosa. Donante
«DKMS insiste en la legalidad de su actividad»
Cuando saltó la polémica entre el Ministerio de Sanidad y DKMS, Jenifer decidió no seguir adelante con el registro en la base de datos de la ONG y mostró sus inquietudes en la red social Twitter. DKMS, muy atenta a todo lo que se publica sobre ella en todos los soportes, se puso en contacto con ella para insistir en la legalidad del proceso e indicarle que la documentación que le habían enviado lo explicaba todo. Sin embargo, Jenifer no se fía y prefiere que sus datos estén en la base de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
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