Paraguay

El alma de la selección

La Razón
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Tras nuestro partido contra Portugal de octavos debo reconocerlo: me gusta el fútbol. O al menos ese fútbol que jugó España contra los portugueses, tan bonito, tan de equipo... Todo me pareció armonía, hasta los momentos de angustia... En fin, que me gusta el fútbol, así que, según mi marido puedo acabar convirtiéndome en la mujer perfecta. Claro que, después de haber despotricado tantísimo, no se cómo voy a justificar ahora esta transformación... Porque no sólo me gusta el futbol, además me gusta Villa. Me tiene loca, como a todos, sí, porque es un tío que, con lo que se entrega, hay que quererlo para amigo, para novio, para amante y hasta para hijo. Tanto es así que, después de haberle echado mil y una broncas al mío por peinarse con esa medio crestilla estilo Villa, ahora le he dicho que puede seguir haciéndolo, al menos durante el Mundial. Luego no, que Villa se irá al Barça y en casa somos del Real Madrid…Pero, ya que hablamos del Mundial vuelvo a ponerme seria, porque estamos en cuartos de final y nos toca Paraguay y como andamos tan sobraditos no sé si vamos a derrochar la misma energía que contra Portugal. Y hay que recordar, según me soplan que, ¡oh cielos!, cuando empatamos con Paraguay en el Mundial del 98 fuimos eliminados... Ya dije cuando perdimos contra Suiza,que sólo cuando uno piensa que puede perder acaba ganando. Y eso es lo que tenemos que tener en la cabeza. Bueno, so- bre todo ellos, nuestros chicos de «La Roja». Pero estoy segura de que así será, porque andan gobernados por un entrenador de esos que no va de chulito, ni de guapito, ni de nada. Vicente del Bosque, claro. El sí que es el alma de la selección.