Buenos Aires

Mas no suprimirá las «embajadas»

Artur Mas no destruirá el legado de «embajadas» catalanas que impulsó Josep Lluís Carod-Rovira durante sus cuatro años como vicepresidente de la Generalitat.

El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, tras la reunión del Govern de ayer
El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, tras la reunión del Govern de ayerlarazon

Carod quiso pasar a la historia como el gobernante que edificó una verdadera estructura diplomática de la Generalitat y, por eso, abrió oficinas por todo el mundo. En Berlín (Alemania), en Londres (Reino Unido), en Nueva York (Estados Unidos) y en Buenos Aires (Argentina). También redimensionó la delegación de la Generalitat en París (Francia) y designó como «embajador» a su hermano Apel·les.

Pues bien, la intención de Mas es cesar a los delegados en el exterior, aunque, de momento, todos ellos continúan en nómina. No obstante, parece claro que el gobierno de CiU va a mantener una línea continuista en política exterior porque, entre otras cosas, el nuevo presidente de la Generalitat ha renovado la confianza en Roser Clavell, que fue viceconsellera de Carod y que ahora será la secretaria de Asuntos Exteriores. No obstante, esta es una decisión que podría tener carácter temporal.

Suprimir, «un error»
Ayer, tras la segunda reunión del gobierno catalán, el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguró que «el error de Cataluña sería grande si prescindiera de sus delegados en el mundo». Homs justificó el mantenimiento de las «embajadas» porque deben servir para «potenciar» la economía catalana, aunque afirmó que se pueden matizar algunos aspectos.
El PP reaccionó con indignación al conocer las intenciones de la Generalitat. El portavoz parlamentario del PP, Enric Milló, consideró «impresentable» que el gobierno se reúna por segunda vez y «no explique nada porque lo único que hace es repartirse el pastel del poder entre los socios de CiU».

Dicho esto, añadió: «Mantener las "embajadas"es un error grave porque lo útil sería clausurarlas ya que suponen un gasto superfluo e innecesario. Ya hay oficinas de comercio de la Generalitat por todo el mundo y no hacen falta las "embajadas". De aquí a la austeridad que han prometido queda mucho camino», dijo Enric Millo.