Barcelona

Única terapia: dejar de fumar

La operación a la que ha sido sometido este sábado el Rey Don Juan Carlos para extirparle un nódulo de un pulmón, que ha resultado ser benigno, ha servido para que muchos conozcan un dato del Jefe del Estado que hasta ahora era desconocido: al igual que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, o el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el Rey es fumador.

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En un máximo de tres días recibirá el alta; en quince rubricará leyes desde su despacho, y en unas semanas más podrá incluso realizar actividades físicas, con la única y lógica limitación de la edad. Don Juan Carlos no requerirá para ello de terapias específicas ni de tratamiento alguno. Su dieta tampoco variará un ápice, aunque, eso sí, no deberá volver a fumar y tendrá que seguir sujeto a revisiones periódicas.

Así lo apuntan los especialistas en Cirugía Torácica consultados por LA RAZÓN, tras conocer el análisis preliminar del nódulo extraído ayer de su pulmón derecho en el Hospital Clínico de Barcelona por el prestigioso jefe de Cirugía Torácica, Laureano Molins López-Rodó. A falta del resultado final de Anatomía Patológica, la comprobación inicial no puede ser más positiva para la salud del Monarca: la lesión es benigna y «se destierra la palabra cáncer», afirmó tajante el especialista médico.Aunque sorpresiva por el repentino anuncio de la misma, la intervención de poco más de dos horas y media a la que fue sometido el Rey entra dentro de la práctica médica habitual en este tipo de trastornos. Hace años, los médicos detectaron una calcificación de carácter benigno en su pulmón derecho y la sometieron a un seguimiento periódico. En la última revisión practicada el pasado 28 de abril los facultativos de la Clínica Planas de Barcelona observaron cambios morfológicos en el nódulo afectado. En concreto, presentaba lo que se conoce como «captación de glucosa» y, según la Casa del Rey, había llegado a medir 19 por 12 milímetros, muy por debajo de los tres centímetros que se consideran como la barrera a partir de la cual se puede hablar de masa tumoral indicativa de un posible carcinoma de pulmón. El diagnóstico para este tipo de lesiones es clave, explica Julio Ancoechea, jefe de Neumología del Hospital de La Princesa y ex presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Sin duda, los resultados obtenidos tras una radiografía de tórax y una combinación de dos pruebas, la Tomografía Axial Computerizada (TAC) y la Tomografía de Emisión de Positrones (PET), confirmaron la evolución de la lesión y animaron a los doctores a intervenir de forma programada al Monarca. El fin de la operación de ayer era confirmar por un lado los resultados arrojados por los métodos de diagnóstico anteriores mediante la práctica de una biopsia del nódulo. Por otro, se aprovechó para extirpar la lesión del organismo. Pese a ser un reputado especialista en cirugía mínimamente invasiva del tórax, y de una técnica conocida como «videotoracoscopia», la presencia de unos vasos sanguíneos en la zona afectada llevó al doctor Molins a emplear otro método más tradicional, denominado «toracotomía». A través de ella, el doctor ejecutó una resección en cuña para extraer la parte afectada. A la espera de la biopsia definitiva, los resultados son muy esperanzadores.