Castilla y León

El PSOE «aplasta» al rebelde Cuadrado y aúpa a Camacho

Si hay un momento en el que en los partidos políticos salen todas las miserias ese es el de la elaboración de las listas electorales. Y si la demanda es mayor que la oferta porque los aspirantes son muchos y los puestos a repartir muy pocos, ahí sale lo peor de cada uno.

El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba
El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcabalarazon

Así está ahora el PSOE, que aunque trata de minimizar el proceso de la elaboración de las candidaturas, ha puesto a funcionar a toda su maquinaria orgánica para pasar facturas pendientes, cortar cabezas, premiar lealtades, colocar ministros y acabar con los díscolos.

El pulso que el número uno por Zamora, Jesús Cuadrado, decidió echar a la dirección federal para impedir que el ministro Antonio Camacho le usurpara el puesto ha acabado mal para el diputado rebelde después de que el titular de Interior obtuviera ayer mayor respaldo que él entre la militancia. Antonio Camacho obtuvo 212 votos y ganó en 17 agrupaciones incluida la capital. El diputado díscolo y portavoz de Defensa en el Congreso no llegó a 150 votos y sólo fue primero en 11 agrupaciones. El resultado hubiera bastado para que el diputado plegara velas, pero el «aparato» se empeñó en aceptar el órdago y recordar que ya en las elecciones pasadas Cuadrado no salió como favorito en las agrupaciones locales y que, pese a ello, el Comité Regional de Listas le impuso, pese al criterio en contra de las bases.

El secretario general de Castilla y León y hombre de confianza de José Blanco y ahora también e Rubalcaba se empeñó personalmente en allanar el camino para Antonio Camacho y «vapulear» a Cuadrado. Una demostración de fuerza en toda regla con un claro derrotado, pese a que ayer desde Zamora se pusieron en duda los resultados que Ferraz facilitó sobre la votación de las agrupaciones. Es el primer asalto porque aún falta la ratificación de la Asamblea Provncial.

Y mientras los aparatos libran la batalla de las listas, el candidato del PSOE se autoproclamó ayer en Cádiz «líder de la izquierda politica española» en un mitin con el que quiso marcar claras diferencias entre izquierda y derecha. Rubalcaba daba así el pistoletazo de salida a su precampaña en la localidad de Sanlúcar de Barrameda, donde pidió que las elecciones del 20-N no sean «una cita a ciegas» para los votantes y pidió a los suyos que marquen diferencias con la derecha, según informa Efe. Se jactó de haber conseguido que Zapatero implantase el impuesto de patrimonio y defendió con vehemencia la medida, al tiempo que atizó a diestro y siniestro a Mariano Rajoy por oponerse a su aprobación. Luego, recurrió al «dóberman», esto es al viejo recurso del miedo al PP, al decir que si gobierna recorta sobre todo en Eudación y Sanidad.