Barajas

Hablan las víctimas: «La última tregua se saldó con dos muertos»

Las víctimas están más que escarmentadas después de tantas treguas trampa y más de 800 asesinatos. La AVT piensa que el comunicado de hoy es uno más y no cree el lenguaje ambiguo d elos terroristas. Una lectura muy distinta es la que hace la izquierda abertzale, que destaca la "aportación"de la banda armada y espera que haya "pasos"por todas las partes. 

La Razón
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«No están dispuestas» a aceptar la tregua porque «no creen a asesinos» y exigen «firmeza» ante el comunicado.
La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, recordó ayer tras el comunicado de ETA que el alto el fuego anterior «se saldó con dos muertos» en la T-4 del Aeropuerto de Barajas y que, por tanto, sólo asumirá un anuncio como éste «cuando abandonen definitivamente las armas» y se disuelvan. «Nosotros no creemos a los asesinos», dijo Pedraza, que espera que el Ministerio del Interior se ponga «cuanto antes» en contacto con ellos para que les informe sobre la veracidad del comunicado y las acciones que se van a llevar a cabo. Las palabras de ETA fueron recogidas por la AVT con «cautela» y advierte de que el objetivo de la banda es «volver a obtener representación en las urnas». Según indican, en un momento en el que la lucha contra ETA «está siendo más efectiva que nunca, dar pasos atrás o pasos en falso supondría el inicio de la derrota de las víctimas ante los asesinos». Por eso, estarán «más vigilantes que nunca» para que se alcance la única solución posible: «el abandono definitivo de las armas y la desaparición de ETA» y exigen a las autoridades «firmeza» ante los cantos de sirena de los asesinos.

Para Santos Santamaría, padre de un mosso d'esquadra asesinado por ETA en 2001 no hay que dar ninguna credibilidad al texto de la banda terrorista. «A mí me costó un hijo la penúltima tregua», recordó a Servimedia.

Natividad Rodríguez, viuda de Fernando Buesa, asesinado por ETA en 2000, asegura que «a las víctimas sólo nos vale que la banda criminal abandone las armas», y mientras eso no ocurra «no vamos a hacer ningún caso» a los comunicados terroristas».

Rubén Múgica, hijo de Fernando Múgica, asesinado en 1996, considera que los etarras y su entorno político estarán «derrotados» si no están presentes en las municipales. Creerles supondría «darles oxígeno de una forma estúpida».