El derbi de Champions

Egipto
Hemos pasado una temporada en la que la Seguridad Alimentaria se ha visto, una vez más, cuestionada. Una vez más, sin motivo. Sobre todo, sin motivo que sustente la alarma social que se ha generado. Empezamos con la falsa imputación del pepino español (y tras él, varias de nuestras mejores hortalizas) en el episodio por E. Coli acontecido en Alemania. Más recientemente, un tratamiento informativo poco feliz de una recomendación que, de haberse acotado y direccionado adecuadamente, resultaba juiciosa ha puesto bajo sospecha, de forma tan indiscriminada como infundada, los «pilares» de una dieta tan mediterránea como la que consiste en consumir de preferencia pescados azules, como el atún y verduras, como la espinaca. Mientras tanto, las semillas procedentes de Egipto que vehiculan la cepa de E. Coli que causó estragos en Alemania,contribuyen a mantener flecos de desconfianza en torno a la seguridad de los productos que llegan a nuestros platos. Estos episodios terminarán olvidándose. Al menos, no estarán en la mente de la mayoría de los consumidores a la hora de elegir o rechazar lo que van a comer. Lo que sí queda como cicatriz es la erosión de la confianza en la seguridad de los alimentos, en el rigor de nuestros sistemas de control alimentario públicos y privados. Daño inmediato (huelga abundar en el que causó la «crisis del pepino») y daño crónico. La percepción de la seguridad alimentaria necesita largo tiempo para afianzarse y pocas horas para desmoronarse. No es cierto que nuestra cadena agroalimentaria sea insegura. La responsabilidad (¡enorme!) en la comunicación del riesgo afecta a todos los que, por deber o por derecho, la practicamos. A ver cómo explicamos ahora que lo del mercurio se dirigía a mujeres con embarazo actual o potencial y a niños menores de 30 meses; que no se trataba de un episodio propio de la Red de Alerta ni había ningún hallazgo novedoso. Y cómo explicamos lo obvio: que los grandes túnidos, depredadores longevos, tienen poco que ver con los ejemplares pequeños y jóvenes con los que se elabora una conserva de atún… Con todo, lo peor es que la sociedad vuelva a dudar de la seguridad.
El derbi de Champions