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Una Libia desconocida para las petroleras

La era post Gadafi aún no ha comenzado, pero las grandes petroleras del mundo ya comienzan a calcular las posibles consecuencias que la marcha del dictador y el surgimiento de una «nueva Libia» pueda tener sobre sus lucrativos negocios en el país.

La Razón
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La entrada de los rebeldes en Trípoli no sólo genera dudas acerca de la estabilidad política de la nación, sino que también plantea incógnitas sobre las dificultades que tendrán algunas de las extractoras a la hora de hacer negocio con los nuevos dirigentes libios.

La producción petrolera de Libia alcanzaba los 1,6 millones de barriles diarios, cerca de un 2% de la producción mundial, antes de desatarse en febrero la guerra civil entre rebeldes opositores y fuerzas gadafistas. El conflicto obligó a la mayoría de las empresas de crudo internacionales –entre las que destacan la italiana Eni, la francesa Total, las británicas BP y Shell y la española Repsol–, a abandonar sus operadores en el terreno, lo que hizo caer la producción a menos de 100.000 barriles diarios. Los analistas aseguran que pasará al menos un año antes de que se recupere el nivel de bombeo anterior al conflicto, una meta por la que la italiana Eni ya se ha puesto manos a la obra.

Eni, que cuenta con un 14% de su producción en suelo libio, fue la primera que mandó el mismo lunes un equipo de técnicos para reactivar sus instalaciones mientras desde Roma el ministro de Exteriores, Franco Frattini, aseguraba que la petrolera italiana «será la número 1 en el futuro» del país magrebí.

También la francesa Total comienza a hacer gestiones para retomar su producción en Libia, mientras que otras como BP o Shell permanecen «a la espera» de lo que ocurra en los próximos días. La española Repsol, que producía en suelo libio 35.000 barriles de crudo al día, el 3,8% de su producción mundial, también se mantiene expectante aunque ya anunció hace unas semanas que cuenta con «los equipos preparados para trasladarse a Libia cuando termine el conflicto».

En cualquier caso, según los expertos, tras la hipotética caída definitiva de Gadafi, ninguna de las compañías antes citadas debería tener «problemas» a la hora de renegociar sus condiciones con los nuevos dirigentes libios. No será tan fácil para las empresas de países como China o Rusia, que durante el conflicto se han mantenido en una neutralidad que más bien las inclinaba hacia el lado de Gadafi. De hecho, el primer grupo de hidrocarburos chino, Great Wall Drilling Co (GWDC), filial de China National Petroleum Corp (CNPC), ha suspendido seis grandes proyectos de explotación de petróleo y gas en Libia, Siria, Argelia y Níger.


Italia ya empieza a negociar

Italia se ha dado prisa a la hora de asegurarse de que las numerosas empresas italianas que tradicionalmente han hecho negocios en su antigua colonia sean «respetadas» por el nuevo Gobierno que asuma el poder en Libia. El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, quiso dejar claro ayer que «los contratos de Italia son con Libia, no con Gadafi» y anunció una inminente reunión entre el primer ministro Silvio Berlusconi y el líder rebelde libio Mahmoud Jibril.