Marbella

Isabel Pantoja ante el juez con las vestiduras rasgadas

Quiso ser puntual pero casi le cuesta un disgusto. Y eso que llegó una hora antes. Estaba citada para presentarse en el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella a las diez de la mañana de ayer para notificarle la apertura oral del juicio en el que está acusada por un presunto delito continuado de blanqueo de capitales

Isabel Pantoja a su llegada al juzgado
Isabel Pantoja a su llegada al juzgadolarazon

Sin embargo, fue incapaz de salir por su propio pie del Mercedes que la trajo de la casa de unos amigos donde pasó la noche a las puertas del tribunal. La nube de periodistas, fotógrafos y cámaras se lo impedía. También la falta de previsión del juez que lleva el caso. Y es que si uno cita a la tonadillera más popular del país, la que fuera viuda de España y ex novia del ex alcalde con más causas abiertas del país, ha de ser consciente de que le acompañará un séquito de flashes y que podría ser necesario facilitar el acceso, sin que ello conlleve trato de favor alguno. Sobre todo, teniendo en cuenta que un día antes aquello apuntaba maneras cuando convocó a Julián Muñoz y su ex, Maite Zaldívar.

Pero desde el tribunal no se movió ficha hasta que, pasado más de un cuarto de hora, Pantoja no podía tan siquiera abrir la puerta del vehículo, donde la acompañaba su representante, María Navarro. Seis agentes de la Policía Nacional acudieron a escoltarla. Poco pudieron hacer. Cinco minutos tardaron en recorrer los 100 metros que separaban el coche de los juzgados.

Del brazo de su conductor fue avanzando lentamente entre la marabunta no sin tropezones y caídas de los reporteros. Pantoja, protegida en un chal de Carolina Herrera, sin pendientes, con una cruz al cuello, una sencilla coleta y gafas de folclórica, también se llevó lo suyo: se le rompió el vestido y así se lo hizo saber al juez durante los veinte minutos que permaneció en las instalaciones judiciales. Se quejó ante el magistrado del trato recibido y las agresiones sufridas a su llegada, y hubo respuesta inmediata. El juez Sergio Ruiz habilitó una salida por la zona por la que suelen entrar los detenidos en los furgones policiales para «garantizar la integridad» de Isabel. El magistrado se justificó lamentando «el comportamiento de los medios de comunicación» con la artista.

Una leve sonrisa
Y Pantoja, voto de silencio tanto en su entrada como en su salida media hora después. Sólo al final dejó escapar una leve sonrisa. En días previos ya sentó cátedra en diversas entrevistas radiofónicas que ha concedido. Se declaró inocente –«soy un conejillo de indias como lo fue Lola Flores»– y confesó que no tenía «cash» para hacer frente a los 3,68 millones de fianza.

«Responderá con sus bienes», aseguraban ayer los más cercanos a la cantante. ¿Y si la condenaran? «Tendré que seguir cantando y pagaré religiosamente», sentenció.
Pasarán varios meses hasta que se produzca la vista oral, que tendrá lugar en Málaga.


Su defensa, en diez días
En los próximos diez días su abogada tendrá que presentar el escrito de defensa para rebatir las acusaciones de la fiscalía anticorrupción. Se enfrenta, junto a otros diez imputados, a un supuesto delito de blanqueo de capitales. El fiscal solicita para ella tres años y medio de prisión y multa de 3,7 millones de euros por considerar que tanto ella como la ex esposa del ex edil marbellí «eran perfectamente conocedoras del origen ilícito de los fondos y bienes que recibían de Julián Muñoz» y que «ambas sabían cuáles eran las fuentes de sus ingresos ilícitos, así como su cuantía».