España

El final de la cuenta atrás por Martín Prieto

La Razón
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Ugaitz Errazkin, presunto asesino de Isaias Carrasco e Ignacio Uría, junto a un «kale borroka» como José Javier Oses, ha sido detenido en Francia. Destacamos que ambos iban armados pero eso es ancilar. Todos los etarras en suelo francés portan un arma para ser juzgados primero por los tribunales galos por tenencia ilícita, cumplir allí condena y esperar que para su extradición se haya ablandado el Gobierno español. No se les entiende la táctica porque las cárceles francesas son más rigoristas que las españolas. El masoquismo y el sadismo están interrelacionados. Les define más sus desaforados alaridos avivando la lucha armada. Políticamente hubiera sido deseable que se hubiera detenido en España a un jefe etarra y su mayordomo para evitar la legítima sensación (sólo sensación) de que nuestras policías han reducido la marcha de sus pesquisas. Si no es así es porque el sur de Francia esta agujereado por guardias civiles de paisano que ponen a la gendarmería en la pista de los jeques de la banda. Por eso el portavoz de Amaiur, Errekondo, acusó al Gobierno de las detenciones francesas. Pero el peligro lo tenemos en casa. Lectores de León Trotsky, éstos fanatizan el entrismo y la revolución permanente. Entrar en las instituciones rinde más que un Hipercor. La Abogacía del Estado y la Fiscalía (y posteriormente el Tribunal Supremo y el obstáculo leguleyo y politizado del Tribunal Constitucional) tienen contundentes informes de la Policía y la Guardia Civil que demuestran que Bildu, Sortu y Amaiur son franquicias de una organización criminal pero nos limitamos a hacerles dulces objeciones y vanas amenazas. ¿Sería imaginable que De Gaulle hubiera legalizado a la OAS que además de terrorista era ultrapatriota? Algún día se actualizará el TC, que lleva años caducado en fondo y forma, se acabará este proceso de paz de polichinelas y comenzará a contarse el final de la cuenta atrás.