Dos de cada diez litros de agua que llevan las tuberías no llegan a los consumidores

Valladolid- El 20 por ciento de los 320,5 hectómetros cúbicos de agua que transportan las redes públicas de abastecimiento de la Comunidad se pierde por roturas o averías debido su mal estado de conservación. Una cantidad tal de agua, que permitiría llenar 65 estadios de fútbol, como el Santiago Bernabéu de Madrid, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un informe que revela, también, que los hogares, empresas, explotaciones ganaderas y servicios municipales de Castilla y León cinsumen unos 221 hectómetros cúbicos al año, de los que casi un centenar no pasa por los contadores o sistemas de emdiación por averías o manipulación de los mismos de forma interesada. Esto supone que tres de cada diez litros que entran en las redes de suministros se pierden por diferentes causas. Se calcula que los hogares castellanos y leoneses consumen 167 litros por habitante y día, mientras las perdidas por fugas en las tuberías suponen 72 litros por habitante y día y por fraude o errores de media, 36. Cabe recordar, que el coste del metro cúbico de agua suministrada asciende en la Comunidad a 0,48 euros. Por ello, los 107,2 millones facturados por los metros cúbicos suministrados podrían incrementarse sustancialmente, al menos, en unos 47 millones de euros, si se evitara el fraude y las pérdidas de agua. El consumo medio de agua de los hogares se situó en 167 litros por habitante y día en 2010, de los más elevados de España, solo por detrás de Cantabria (173), cuando la media en España es de 144 litros por cada persona y día.
Según el INE, el mantenimiento de los servicios de suministro requiere cada año de una inversión de 42 millones de euros.
Los planes de mejora en las redes de suministro acometidos por las diferentes administraciones tuvieron un impacto directo entre 2004 y 2006, tanto en Castilla y León, como en España.
La intervención pública permitió reducir las pérdidas por roturas y averías que llegaron a representar solo el 17,3 por ciento en la autonomía. Desde entonces, la irrupción de la crisis económica y la escasez de recursos han limitado las actuaciones hasta la situación de pérdidas actual.