Banco Popular

El «banco malo» la gran esperanza para el «ladrillo»

Economía calibra los descuentos para reactivar las ventas de pisos

El «banco malo», la gran esperanza para el «ladrillo»
El «banco malo», la gran esperanza para el «ladrillo»larazon

Madrid- Como si de oro en paño se tratara. Así guarda el Gobierno el detalle que puede decidir el éxito o el fracaso del «banco malo»: el descuento con el que los bancos traspasarán sus activos imobiliarios dañados a la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), como se ha dado en llamar a este vehículo hecho para resolver de golpe dos problemas tan cruciales para España como son la depresión del sector inmobiliario y los maltrechos balances del financiero. Las quinielas apuntan a que las entidades que tengan que traspasar sus «activos tóxicos» al Sareb –las nacionalizadas Bankia, Banco de Valencia, Catalunya Bank y NGC– lo harán aplicando un descuento medio de un 60% sobre los precios que tienen los activos en los libros contables. El Ejecutivo, de momento, no se ha pronunciado de forma oficial y tiene en vilo tanto al sector financiero como al inmobiliario, que advierten de que si no se atina con el precio, se puede generar un problema mayúsculo.

El Sareb, que estará activo el 1 de diciembre, se hará cargo de la gestión de los activos tóxicos de la banca y tendrá quince años de plazo para venderlos. La idea es liberar a la banca del lastre que le impide dar crédito y, como ha dicho Luis de Guindos, sacar al mercado «pisos a precios más reducidos de los que se están viendo ahora» para dinamizar el moribundo mercado inmobiliario, que acumula un «stock» de viviendas nuevas sin vender cercano a las 700.000 unidades. Para lograrlo, es preciso que los activos que se traspasen al Sareb tengan un descuento sobre su valor en libros. Pero si es excesivo, puede haber problemas. Como han advertido esta semana en el Barcelona Meeting Point los responsables inmobiliarios de algunos bancos como el BBVA o La Caixa, si se pasan con grandes descuentos, se pondrán a la venta a precios muy bajos, lo que hundiría los de todo el sector inmobiliario con consecuencias catastróficas. Muchas de estas compañías, como he revelado esta semana el caso de Reyal Urbis, están al borde del colapso y si los precios se hunden, es probable que muchas de ellas caigan ante la negativa de la banca a refinanciar sus deudas.

Un hundimiento vertiginoso de los precios también tendría consecuencias para los particulares, que verían mermado el valor de su patrimonio. Miles de ellos están pagando ya hipotecas que valen más que sus viviendas.

Para las entidades afectadas, traspasar al Sareb sus activos con descuentos muy altos también podría ser un problema. Ahora tienen dotados un porcentaje de estos activos. Pero si los descuentos superan estas provisiones, necesitarán más dinero para cubrir la diferencia.

Rentabilidad
Pero si los activos del Sareb no tienen un descuento como para salir al mercado con precios atractivos, el problema lo tendrá el «banco malo» y, probablemente, los contribuyentes. En esta tesitura, la sociedad tendría problemas para liquidar la cartera y lograr beneficios, con lo que los accionistas del «banco malo» tendrían que encajar las pérdidas. La idea del Ejecutivo es que el Estado no tenga más del 49% de su capital, pero, por el momento, los inversores privados, con la banca española a la cabeza, no han demostrado demasiada intención de participar en el «banco malo».