Atenas

La UE tendrá que concretar el perdón a la deuda griega

La quita ahorrará a Atenas 4.500 millones al año, según Evangelos Venizelos, ministro de Finanzas griego
La quita ahorrará a Atenas 4.500 millones al año, según Evangelos Venizelos, ministro de Finanzas griegolarazon

BRUSELAS-Las horas siguientes al pacto alcanzado por los líderes de la zona euro para terminar con la inestabilidad que les ha puesto en el centro de la diana de los mercados dejaron sensación de «déjà vu». La incontenida autosatisfacción de los jerarcas europeos, la incapacidad para explicar los detalles y el entusiasmo de las bolsas fueron idénticos a los vividos con la cumbre del 21 de julio, que demostró ser una salida en falso.

Las principales dudas merodean, como en julio, en torno a la efectividad real y la aplicación de la quita sobre la deuda griega, que el jueves de madrugada los dirigentes estiraron hasta el 50% desde el 21% acordado en julio. A este impago voluntario, y negociado con la banca, se sumará una segunda ayuda de 130.000 millones de euros, para así reducir la deuda helena hasta el 120% en 2020.

A pesar de estos parámetros generales, los expertos europeos tendrán que cerrar con la banca detalles cruciales, como la madurez y los intereses de los bonos que intercambiarán con la banca para reducir a la mitad el peso de la deuda, lo que podría terminar por mermar la vuelta a la sostenibilidad de la economía griega.

Los interrogantes también salpican al refuerzo del fondo de rescate, cuya capacidad aumentará hasta un billón de euros, porque no se aclara cómo operarán las dos maneras con las que se busca aumentar su efectividad (a través de las garantías y de un nuevo instrumento financiero), la participación del FMI en el nuevo fondo, o si quedará abierto a inyecciones de países como China.
Sí quedaron claros los puntos relativos a la disciplina fiscal, gran preocupación de Berlín, que también consiguió que se priorizara una reforma del tratado encaminada a la «unión de la estabilidad» que pregona Angela Merkel , y que se encargará de vigilar el comisario de Asuntos Económicos Olli Rehn, desde ayer, nuevo vicepresidente de la Comisión y «sheriff» de la disciplina fiscal de la eurozona.