Sevilla

Andalucía clama por el cambio

La Razón
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La situación en Andalucía es la más preocupante de las comunidades autónomas. Tres décadas de gobiernos socialistas han agravado las desigualdades, los desequilibrios y las necesidades de una región con un capital humano que no ha contado con una gestión política capaz de ponerlo en marcha. Andalucía no aprovechó los años de bonanza económica para la transformación que necesita desde hace décadas y la crisis ha explotado unas carencias profundas hasta empujar a la comunidad a un horizonte crítico. La realidad expresada en cifras ya es lo suficientemente dramática, pero el trasfondo de lo que representan describe una región que reclama con urgencia un giro de 180 grados. Esta misma semana se hicieron públicos los datos de la EPA de 2011, que situaron a Andalucía como la comunidad con la mayor tasa de paro –31,23% de la población activa– para un total de 1,2 millones de desempleados. Hablamos de magnitudes inaceptables e insostenibles para una sociedad abocada a un empobrecimiento estructural sin que desde la Junta se haya hecho lo suficiente para invertir esa dinámica perniciosa. A la pérdida imparable de puestos de trabajo hay que sumar la ocultación de un endeudamiento muy importante, pues ni siquiera se ponen de acuerdo en el cálculo Griñán (1,4%) y su consejera de Hacienda (3%); el Consejo de Política Fiscal y Financiera lo estima en 17.690 millones, mientras que el líder del PP andaluz, Javier Arenas, lo eleva a 25.000. Este cúmulo de contradicciones, desinformación y enredos define el desgobierno y la descomposición de un régimen que hizo y deshizo a su antojo durante 30 años. Además del fracaso económico, otro rasgo que ha marcado la gestión de las presidencias de Chaves y Griñán ha sido la corrupción. El fraude de los ERE, ese fondo de reptiles a los que se desviaban fondos públicos del desempleo, que mantiene imputados a cargos actuales de la Junta y a otros pasados y que salpica directamente al presidente, define en su estertor a un partido que se apropió del poder y lo explotó a costa del bienestar de los ciudadanos. Que aún no se hayan asumido responsabilidades políticas es todavía más escandaloso. En este contexto, los andaluces buscan una salida en el cambio que representa el PP. El sondeo que publica hoy LA RAZÓN es concluyente. Otorga una mayoría absoluta a los populares con 55 escaños y un desplome socialista hasta los 44 parlamentarios tras la pérdida de 12. La lista de Javier Arenas gana en todas las provincias, excepto en Sevilla, donde se registra casi un empate. La alternancia no sólo es imprescindible, es higiénicamente obligada, y con ella la regeneración y las reformas en una comunidad que no puede estar condenada de por vida al paro, a la dependencia y a la adversidad.