Francia

El origen político del «chivatazo» por Daniel Portero

La Razón
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Si atendemos a todos los informes policiales incluidos en la instrucción del sumario denominado «chivatazo» a ETA, por el que se demuestra la frustración de la «operación Urogallo» para evitar detenciones de etarras, es concluyente que el móvil del chivatazo fue político. Las conclusiones de todos estos informes de la Policía Nacional son claros: el «chivatazo» tiene su origen en un responsable político. Sin embargo, el auto de procesamiento del Juez Ruz ha excluido al único imputado en la causa: Víctor García Hidalgo, el Director General de La Policía en el periodo de la negociación entre ETA y el Gobierno. Resulta llamativo de nuevo que una causa de este calibre no tenga ningún político procesado. Siempre pagan judicialmente los responsables no políticos, en este caso dos policías nacionales. Hay que recordar que el teléfono móvil de Víctor García Hidalgo lo llevaba el terrorista de ETA Yurrebaso cuando fue detenido en Francia en 2007, durante el periodo de tregua. Además, este etarra llevaba otro número de móvil, supuestamente utilizado por otro dirigente socialista del que se sospechó que fuera Rodolfo Ares, para que, en el caso de que fuera detenido, pudiera tener un «salvoconducto» para quedar en libertad. Entre los círculos cercanos a Hidalgo se sabe que todas las decisiones que tomaba las consultaba con su superior, por lo que nunca he comprendido por qué el juez Ruz no llamó a declarar al secretario de Estado de Seguridad entonces, Antonio Camacho, cuyo tráfico de llamadas de su teléfono móvil también aparece en los listados del día del «chivatazo» a ETA. Sin embargo, en esta causa no se ha dicho públicamente que el 4 de mayo de 2006, día del «chivatazo» a ETA, el tráfico de llamadas entre los responsables políticos de los dos policías, hoy procesados, fue cuatro veces superior a cuando se produjo la «operación Urogallo».