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La nueva reforma de las cajas no era necesaria para el Banco de España

Lo que en diciembre era válido, en enero no valía. Lo que el FROB bendijo, no fue suficiente para el Ministerio de Economía.

Elena Salgado y José Manuel Campa, el pasado lunes, momentos antes de presentar la reforma de la reforma de las cajas de ahorros
Elena Salgado y José Manuel Campa, el pasado lunes, momentos antes de presentar la reforma de la reforma de las cajas de ahorroslarazon

En apenas cuarenta días la situación del sector financiero español o de los organismos que se encargan de su regulación ha cambiado sustancialmente. Lo que el 15 de diciembre Javier Aríztegui, presidente del FROB y subgobernador del Banco de España, bendecía, en referencia al futuro de las cajas que se habían fusionado mediante la fórmula de la fusión o el SIP, quedó reducido a escombros cuando el pasado lunes Elena Salgado presentaba el nuevo Plan de Reforzamiento del Sistema Financiero, en un claro reconocimiento de que la reforma de las cajas que se publicó en el BOE del martes 13 de julio de 2010 no había conseguido el efecto perseguido. Un detalle más de que Economía y el Banco de España no caminan con el mismo paso. Lo que a continuación sigue puede ser la secuencia de los acontecimientos.

Comisión del FROB

Congreso de los Diputados, Comisión de Economía y Hacienda, subcomisión sobre Reestructuración Bancaria y Recursos Propios, 15 de diciembre de 2010. Es la tercera reunión de la misma. Interviene el presidente del FROB, Javier de Aríztegui, con el fondo del tema del día relacionado con la última operación acordada entre Caja Duero y Caja España.

A punto de finalizar su segunda intervención, ya en el turno de preguntas y respuestas, Aríztegui se interroga: «¿Qué futuro se prevé a las instituciones que estamos capitalizando? La prueba de fuego es que estas entidades sean capaces de situarse en una posición de obtener recursos propios adicionales en el mercado y, por tanto, ofrecer una imagen de nueva entidad con nuevas opciones y termine permitiéndoles ser más generosos en la provisión del crédito a la economía». Unos momentos después remacha: «Los cambios que hemos arbitrado, las transformaciones que se han realizado van a permitir dotarnos de las herramientas que dan capacidad a las nuevas estructuras para poder salir al mercado, renovar la financiación mayorista y, a partir de ese momento, proceder a solicitar capital en los mercados si es que tienen que ofrecer un proyecto solvente a los mercados. Y nosotros pensamos que los proyectos, efectivamente, son solventes».

Ministerio de Economía

Es lunes 23 de enero de 2011. Son las seis y media de la tarde y Elena Salgado y José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, son esperados por más de un centenar de periodistas con una veintena de cámaras de televisión.

Después de una larga espera, Elena Salgado desvela el motivo de la precipitada reunión con los medios de comunicación: la presentación de una nueva reforma de la Ley de Cajas bajo la forma de un Plan de Reforzamiento del Sistema financiero. El objetivo, posibilitar que las cajas de ahorros (más que los bancos) dispongan del capital suficiente para poder financiarse en los mercados de capitales y atraer capital para formar parte de su accionariado. ¿Para qué? Para que empresas y familias tengan acceso al crédito y acelerar así la recuperación de la economía española, la única baza electoral que el PSOE puede poner sobre los votantes.

El PP puso la primera piedra

El problema es que antes de que Javier de Aríztegui diga a los miembros de la subcomisión correspondiente que lo hecho hasta el 15 de diciembre es adecuado y que no se necesitará más, un diputado del Partido Popular, Ramón Aguirre Rodríguez duda sobre la capacidad de las cajas de ahorros de captar depósitos, lo que condiciona el éxito de la reforma de julio de 2010.

Parafraseando a Aristóbulo de Juan, ex director general de Supervisión del Banco de España, Aguirre cree que una buena operación de saneamiento es la pronta regeneración del crédito y la capacidad de atraer inversores fuertes que aseguren un futuro sostenible. «Si no se consiguen ambos objetivos, las medidas adoptadas no eran las que la situación requería y podría resultar necesario volver a empezar aplicando una nueva estrategia».

De acuerdo con la transcripción del acta de la sesión correspondiente, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, Aguirre aseguró: «A día de hoy no parece precisamente que el crédito fluya; aldía de hoy no parece precisamente que los inversores vengan».

El pasado lunes, Salgado anunció un endurecimiento de las exigencias de solvencia para las cajas de ahorros, que aún no está fijado en su cuantía.


Bruselas gana poder de decisión
El pasado 31 de diciembre terminó el marco jurídico en el que se movía el FROB. ¿Imposibilita eso una nueva operación que necesite ayudas públicas? No. Lo que finaliza es la velocidad rápida de tratamiento de las operaciones. Se pueden seguir tramitando; lo único que cambia es que Bruselas no las estudiará por la vía ultrarrápida, sino por una vía individualizada. En una palabra los procesos se complican algo más. ¿Y si alguna caja no puede devolver los créditos del FROB? La regulación actual no tiene contemplada la condonación del adeuda. El crédito pasará a ser capital.